Igor FERNANDEZ
Sicólogo
SICOLOGÍA PARA UNA CRISIS

Miedo a que se vaya

Antes de que llegara la Covid-19, habíamos decidido ingresar a nuestra ama en una residencia. Tiene Alzheimer y 89 años. Vive con nosotros y lo de la residencia era como una prueba, porque a mí se me revuelve todo cuando pienso en dejarla con desconocidos. Ahora que parece que vamos a mejor, mis hermanos y, sobre todo, mi compañera me lo han vuelto a plantear para este verano, para que disfrutemos de unas vacaciones sin ama. Y yo lo entiendo, pero me aterra pensar que pueda enfermar. Pero es como si la dejara marchar, me aterroriza y estoy enfrentado a todos. ¿Qué actitud debiera tomar? Firma: Aitor.

Kaixo, Aitor. Supongo que lo primero que hay que decir es que el miedo es libre, cada persona teme a lo que teme y es vano decirle que no lo haga. Simplemente es necesario escuchar ese temor y ver qué parte de realidad puede tener, y digo “puede” porque nadie sabe nunca a ciencia cierta lo que va a suceder. El miedo nos protege y nos ayuda a proteger a otros ante las amenazas de ciertos hechos que no han pasado, independientemente de la probabilidad de que, finalmente, sucedan. Es decir, el miedo, por definición, es una emoción que pasa por encima de la razón muchas veces, lo cual nos ayuda en múltiples ocasiones, si bien otras nos acogota más allá.

Dadas las circunstancias que relatas, entiendo que pensar en la residencia estimula todo lo que hemos visto estas semanas y es que, imaginar que se va o que puede suceder sin despedida posible debe de ser una fuente de angustia. Sin duda, esta situación nos confronta a todos con la fragilidad de la vida, de nuestro sistema, de la protección que podemos de facto dar a otros más vulnerables... y sobre todo, con que no tenemos todo el tiempo del mundo, ni para los nuestros ni para nosotros mismos.

Aitor, supongo que si has imaginado que pueda irse es porque lo ves posible, incluso cerca. Siento que sea así y, al mismo tiempo, quizás ser conscientes nos permite ir preparándonos para dar las gracias y dejar marchar en paz cuando suceda. Por supuesto que nadie quiere pensar en ello, pero si lo ves venir, haz lo que necesites para prepararte a seguir el camino. Mientras eso llegue, comparte el amor que necesites como lo necesites.

Y habla de tu temor con los tuyos. Tendréis vivencias distintas con ella y viene bien ponerlas sobre la mesa. Y supongo que algo deben de echar de menos ellos de ti también. Hablar, amar, seguir.