Mikel INSAUSTI
Crítico cinematográfico

Abiertos

La urgencia hace que no sea el momento adecuado para ponerse a hablar con calma del futuro del sector cinematográfico, como tampoco lo están haciendo desde otros foros de la industria del ocio o de la cultura. De poco o nada sirven los mensajes catastrofistas y las declaraciones de los más agoreros, como el cocinero con tres estrellas Michelin que en pleno confinamiento pronosticaba que «otros restaurantes (no el suyo, por supuesto) iban a caer como moscas». Cuando vienen mal dadas el derrotismo es algo que se intenta traspasar a los demás, y que no va con uno mismo, no vaya a ser que se le contagie la enfermedad y con ella las pérdidas que abocan al cierre.

De momento no me ha llegado la noticia de ninguna sala de cine que vaya a echar la persiana, y en cambio la distribuidora independiente Surtsey Films me ha enviado un correo con la buena nueva de la próxima apertura de los Cines Embajadores en Madrid, que con la que está cayendo me parece una apuesta a contra corriente de lo más estimulante. Serán tres salas de proyección en versión original subtitulada, porque el público cinéfilo es el que antes va a responder ante la crisis con su afición por ver las películas en la gran pantalla. La respuesta mayoritaria podría ser otra, dado que durante la cuarentena las plataformas digitales han tenido tiempo de sobra para comerle terreno a los grandes complejos de exhibición de las multisalas y de las palomitas.