Natxo MATXIN

Merecen llevar la camiseta y el escudo

Señaló Arrasate en la previa que ya era suficiente estímulo defender la camiseta rojilla y su escudo para afrontar el derbi de Ipurua. Y sus pupilos no le dejaron en mal lugar. Pese a no agobiarles la situación clasificatoria –la escuadra navarra tiene ahora tanta distancia respecto del descenso como puntos quedan en juego–, el once osasunista disputó el encuentro con la profesionalidad que se le requería.

Más verticales y eficaces que el Eibar, los rojillos se amoldaron a la perfección al estilo que ya sabían de antemano iba a proponer el conjunto armero, defendiendo con rotundidad cada balón aéreo y buscándole las cosquillas a la contra. Y dejando patente que ya le están cogiendo el gustillo a esto de jugar de manera tan continuada y, quién sabe, si al menos pugnar por meter el miedo en el cuerpo a todos esos contrincantes que llevan toda la temporada peleando por lograr objetivos más elevados que la propia permanencia.

La campaña que está firmando Osasuna va a tener también otras repercusiones más problemáticas para el staff técnico rojillo, quien tendrá que emplearse a fondo para conservar el bloque que ha moldeado Arrasate, ante el buen papel que están protagonizando algunas de sus piezas. La actuación de ayer de Rubén García solo es una muestra más de que en el vestuario rojillo hay mucha calidad y de que la paciente apuesta que en su momento se hizo por futbolistas con proyección está dando sus frutos. Quizás la maltrecha economía futbolística provocada por la crisis sanitaria pueda permitirnos seguir disfrutando de ellos con la elástica rojilla.