Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

Fronteras

Suele decirse que las fronteras solo están en la cabeza, pero no para la administración. Es el caso de un amigo que se lanzó a la carretera con su hijo al volante, sin carné definitivo aún pero con el de conduite accompagnée, que permite a los menores ir practicando desde los 15 años siempre y cuando lo hagan bajo la supervisión un adulto. Cruzaron de Lapurdi a Nafarroa sin percatarse de la muga, porque para muchos no la hay. A la vuelta, entrada la tarde, control de la benemérita. Y como los papeles del chaval no sirven a ese lado del Pirineo y circular sin carné es delito, noche en el calabozo de Iruñea, juicio rápido y multa.

Es la frontera de la ley, que solo puede traspasar de manera impune la propia administración. Como en el caso de Frederik Haranburu, que tras treinta años en prisión ha obtenido del tribunal penitenciario el visto bueno para su libertad condicional vigilada. Solo que la fiscalía antiterrorista ha recurrido una vez más, condenándolo por pura cuestión vindicativa a no traspasar la muga de su celda.

El sábado, entre los manifestantes que reclamaron en Senpere la liberación supervisada del septuagenario preso vasco, se encontraba el lehendakari de Iparralde, Jean-René Etchegaray, que se ha atrevido a traspasar una frontera, la humanitaria, que otros vallan con alambre de espino, como si cruzarla fuera delito.