Mark BARNÉS LARRUKERT
DONOSTIAKO JAZZALDIA

PODER FEMENINO

LA PENÚLTIMA JORNADA DEL JAZZALDIA TUVO COMO PROTAGONISTAS LAS PRODIGIOSAS VOCES DE LA CATALANA SÍLVIA PÉREZ CRUZ Y LA LUSO-MOZAMBIQUEñA MARIZA. AMBAS OFRECIERON CONCIERTOS MÁGICOS.

Los conciertos de la plaza de la Trinidad arrancaron la noche del sábado con la actuación del virtuoso bajista barcelonés Carles Benavent, que volvió a subir al escenario, esta vez acompañado por el pianista Roger Mas y el percusionista Aleix Tobías, para interpretar las piezas “¿Bailas?”, “La luz”, “Madrid”, “Baoblues”, “Guindilla” y “De perdidos al río”, del bajista, y “Para Carles” y “Novembre”, del pianista. Recordaron también las figuras de Frederic Mompou, con “Jeunes filles au jardin”, y el artista que fue clave en la carrera del bajista, Paco de Lucía, con “Ziryab”.

Eran alrededor de las diez y media de la noche cuando la diva del fado Mariza subió al escenario arropada por una excelente banda formada por João Frade (acordeón), Luis Guerreiro (guitarra portuguesa), Phelipe Ferreira (guitarra acústica), Adriano Alves (bajo acústico) y João Freitas (percusión).

Aprovechando la celebración del centenario del nacimiento de la reina del género, Amália Rodrigues (1920-1999), la que es considerada como su heredera natural interpretó “Estranha forma de vida”, “Semente viva”, “Oração”, “Meu fado meu”, “Cravos de papel”, “Beijo de saudade”, “Lagrima”, “Chuva”, “Barco negro”, “Trigueirinha”, “Maria Lisboa” y “Senhor Vinho”, para finalizar la actuación con “Primavera”, el fado favorito de la cantante. Unos más que generosos bises incluyeron, entre otros, “Mentira” y el emblemático “Gente da minha terra”, además de acceder a interpretar una pieza a petición del público. Presentando los temas en un simpático portuñol y dotada de una potentísima voz y una magnificente presencia escénica, la mestiza diva ofreció un elegante y muy emocional recital con el que consiguió conquistar al público y arrancar las lágrimas de emoción de más de uno.

Sílvia Pérez Cruz & Marco Mezquida

Absolutamente extraordinario. No cabe otro calificativo para describir el inolvidable concierto que ofrecieron en un Kursaal completamente lleno la cantante de Palafrugell y el pianista de Mahón. Una de las pocas cosas buenas que ha traído el periodo de confinamiento por el que hemos pasado ha sido el adelanto de la publicación del disco “MA. Live in Tokyo”, grabado en directo por el dúo en el Blue Note de la ciudad japonesa y que en un principio tenía prevista su salida para finales de año.

Los que tuvimos la suerte de asistir al evento permanecimos atónitos y en total silencio a lo largo de las dos horas y cuarto que duró un maravilloso concierto en el que sonaron, entre otros, los temas “Mallorca”; una preciosa versión del “Txoria, txori” de Mikel Laboa; “La flor” –un tema nuevo compuesto como regalo para una amiga de Pérez Cruz que tuvimos el privilegio de escuchar antes que su destinataria–; un extraordinario solo de piano a cargo de Mezquida, en el que nos sorprendió a todos improvisando sobre “Xalbadorren heriotzean”; “Barco negro”; “Song-Song”, de Brad Mehldau; “The Sound of Silence”, de Simon & Garfunkel; “La llorona” o un medley compuesto por el “Christus factus est” de Anton Bruckner (1824-1896); “Lonely Woman”, de Ornette Coleman y el estándar “My Funny Valentine”. Los bises de regalo fueron “No Surprises” y “Pequeño vals vienés”, versión en castellano de un popular tema de Leonard Cohen.

Pero realmente resulta indiferente cuáles sean los temas que decida interpretar este prodigioso dúo, pues están a un nivel tan alto que, como alquimistas, son capaces de convertir en oro todo lo que tocan.

Cabría señalar que, si bien nos quejábamos de los problemas de sonido acaecidos la víspera, en la presente jornada ocurrió todo lo contrario, ya que tanto la actuación del Kursaal como las de la plaza de la Trinidad y el Victoria Eugenia ofrecieron una excelente calidad del mismo.

Jorge Pardo - Iñaki Salvador Quartet

Tras recibir el Premio Donostiako Jazzaldia, Jorge Pardo presentó a sus acompañantes de la “noche”, aunque realmente en este caso fuesen las 12:30 del mediodía: el también premiado pianista Iñaki Salvador, el contrabajista Gonzalo Tejada y el baterista Borja Barrueta, para inmediatamente abordar la interpretación de “Como tú quieras”, tema recogido en el disco grabado en directo “20 años de Altxerri” (Vaivén, 2011).

Después, Salvador tomó la palabra, pronunció un discurso en favor de la cultura e inmediatamente interpretaron una versión del himno de Mikel Laboa “Txoria, txori”, en el que hicieron una larguísima introducción a flauta y piano.

Continuaron con “Maid Marian”, composición de aires aflamencados del madrileño, tras la cual el donostiarra ironizó sobre la cantidad de flamenco que ha habido en la presente edición del festival, por lo que le recordó al flautista la ciudad en la que nos encontrábamos y pasaron a interpretar una versión de “Oñazez”, de Aita Donostia (1886-1956), obra que Salvador considera que tiene reminiscencias jazzísticas.

Posteriormente interpretaron la composición de Silvio Rodríguez “Rabo de nube”, con una larga introducción de Tejada a contrabajo solo, y finalizaron el recital con “El río de Ulía”, una obra original de Pardo inspirada en el monte donostiarra, en la que hubo una espectacular introducción de batería a cargo del siempre sorprendente Borja Barrueta.

Ya como propina, improvisaron sobre “Volando voy”, la célebre rumba de Kiko Veneno grabada por Camarón de la Isla e incluida en el histórico disco “La leyenda del tiempo” (1979), trabajo en el que Pardo participó como flautista.