Anjel Ordoñez
Periodista
JOPUNTUA

Gog y Magog

En los tiempos de Gog y Magog, todo es incertidumbre. Ya nadie puede negar que la Gran Tribulación se cierne sin remedio sobre la humanidad, y las señales, inequívocas, sobran: los desastres naturales se suceden uno detrás de otro como consecuencia del fatal calentamiento global; nadie, en ningún rincón, está a salvo de la infección del virus, quién sabe si natural o artificial, pero en cualquier caso letal; y todo indica que la hambruna, la que vendrá con el desplome del PIB y de la economía en general, terminará por borrar cualquier rastro de civilización humana. ¿Exagero?

Primero lo anunció el profeta Ezequiel. «Que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los muros caerán». Muchos siglos después, el poeta del misticismo irlandés William Butler Yeats:«Todo se derrumba/ el pilar no se sostiene/ la anarquía se desata sobre el mundo/ la marea turbia de sangre fluye por todas partes/ se ahoga la ceremonia de la inocencia.../ ¿Y qué tosca bestia/ llegada al fin su hora/se arrastra hacia Belén para nacer?».

A ver, no digo yo que estemos en las mismas puertas del juicio final, pero a poco que te asomes a la televisión y con este insoportable sargori de mediados de verano, se recalienta la cabeza, las neuronas pierden el oremus y no resulta difícil ponerte en lo peor. Así que no me hagan mucho caso... o sí, ustedes verán.

A lo que iba. Resulta que la semana pasada la NASA lanzó con éxito una misión a Marte. El Perseverance despegó el jueves hacia el planeta rojo, donde recopilará datos sobre la geología y el clima marcianos, y buscará indicios de vida microbiana. Blanco y en botella: quienes manejan el pandero ya dan por desahuciado el planeta y ultiman los detalles para colonizar otros mundos. Y me da pena. Toda la vida teniendo miedo a los marcianos, y quienes deberían estar aterrados son ellos. Cuando vean al Perseverance arrastrarse por la arena sentirán curiosidad. No saben la que se les viene encima. ...Eremuko dunen atzetik dabil.