Natxo MATXIN

EL VÍNCULO ENTRE RAYO Y FÚTBOL VASCO SE AGRANDA CON EL FICHAJE DE IRAOLA

Es sabido que el Rayo Vallecano es uno de los equipos que más simpatías despierta en Euskal Herria. La cada vez mayor presencia de futbolistas vascos en sus filas no ha hecho sino acrecentar ese sentimiento, que ahora se agranda con la llegada de Andoni Iraola a su banquillo.

El de Usurbil no será el primer técnico vasco que dirigirá el vestuario vallecano –han pasado varios, la mayoría de manera testimonial, pues solo Eusebio Ríos y Ortuondo superan la cuarentena de partidos–, pero su presencia dieciséis años después –Julen Lopetegi inició la 2003-04 y la concluyó Txetxu Rojo, con hasta cuatro inquilinos en el banquillo rayista– reafirma la tendencia de que en el club del combativo barrio madrileño gusta la presencia de profesionales de Euskal Herria para darle su característico toque de rasmia.

El afecto es recíproco. El equipo franquirrojo, y especialmente sus seguidores, son de los que mejor confraternizan con las hinchadas vascas, por su orientación ideológica de izquierdas –sonada fue la campaña para impedir el fichaje de Zozulya– y por su forma de entender todo el aspecto festivo que rodea al fútbol. Sin ir más lejos, la última eliminatoria copera que midió a los vallecanos con el Barakaldo, pese a la derrota de los anfitriones, tardará tiempo en olvidarse en la localidad fabril por el gran ambiente que se vivió en las gradas del campo de Lasesarre entre ambas aficiones.

«Empieza una nueva etapa y estamos ilusionados por tener a Andoni Iraola. Tenemos una predilección especial por vascos y argentinos», se le escapó al presidente Raúl Martín Presa, un personaje que no parece muy proclive a elevar a Euskal Herria a la categoría de país, pero que no pudo ocultar la realidad. «En escuelas como el Athletic tienen unos valores que nos gustan», insistió el cuestionado máximo dirigente por una gran parte de la afición rayista.

Lo cierto es que la presencia de jugadores vascos ha sido una constante en los últimos tiempos, si bien, al igual que ha ocurrido con los entrenadores, su influencia deportiva ha sido desigual. En ese particular ránking, destaca sobre manera Jon Pérez Bolo, actual técnico de la Ponferradina, renovado antes de concluir la competición y cuya cláusula de rescisión ha sido el principal obstáculo para que no haya acabado en el banquillo rayista. El ariete bilbaino permaneció seis campañas en el cuadro vallecano –cuatro en Primera– y es el sexto máximo goleador en la historia del club madrileño. También es extenso el currículum rayista de Julen Lopetegi, otro de los entrenadores vascos ahora mismo más cotizados, con 112 partidos defendiendo la portería de Vallecas. Estíbariz, Korino, Azkoitia e Imanol Etxeberria también superan el medio centenar de encuentros, sin olvidarnos de Mikel Labaka. Que ahora mismo estén en activo, hay que recordar a Anaitz Arbilla y Unai López –ambos dejaron impronta–, además de Gorka Elustondo, aunque este último con menor participación.

Objetivo, el ascenso

El aterrizaje de Iraola para comandar el objetivo de ascender a Primera puede venir acompañado de la llegada de más futbolistas procedentes de Euskal Herria –era extensa la nómina de vascos en el Mirandés de la pasada campaña y el rendimiento no pudo ser más positivo–, si bien el de Usurbil, interpelado por la cuestión, no quiso que se le acusase de proselitismo con esta causa. «Queremos fichar a los mejores jugadores que podamos, vengan de donde vengan. Buenos jugadores y gente con la que se pueda trabajar. Hay jugadores de equipos del norte interesantes. Y del sur. Y extranjeros», expuso en su presentación.

Sea como fuere, de lo que no cabe duda es de que Iraola, si mantiene en el Rayo la misma idea futbolística que se pudo disfrutar en el Mirandés, ya tendrá mucho ganado con la parroquia rayista. «Intentaremos ser un equipo, sobre todo, eficaz en una categoría muy igualada. Hay muchas cosas que el Rayo ha hecho bien toda la temporada y que intentaremos mantener. Cada entrenador tenemos nuestras manías, las cosas que nos gustan más. Intentaremos que los jugadores las absorban cuando antes y ser competitivos desde la jornada uno», avanzó en su puesta de largo el nuevo embajador vasco en uno de los conjuntos que más cariño se le tiene por estos lares.