Marcel PENA |
BILBO
Elkarrizketa
AITOR OLAZABALAGA
BAR FERMIN (BILBO)

«Hasta setiembre no vamos a saber si podremos volver a la supuesta normalidad»

La crisis sanitaria y económica ha afectado a muchos sectores de nuestra sociedad, entre ellos al de la hostelería. Después de permanecer cerrados durante varias semanas y, posteriormente, solo poder abrir con muchas restricciones, los hosteleros de Bilbo todavía están lejos de recuperar el volumen de trabajo previo a la pandemia. La suspensión de Aste Nagusia, días claves para todos los bares de la ciudad, y el descenso del turismo tampoco han ayudado a los hosteleros a levantar la cabeza tras unos meses tan duros.

Uno de los sectores más afectados por la pandemia y las restricciones posteriores ha sido el de la hostelería. ¿Qué les ha supuesto esta situación?

El confinamiento nos ha supuesto un paso atrás terrible. Las consecuencias se notan todavía. Ahora mismo, estamos en un volumen de trabajo del 50% o menos respecto a antes del confinamiento. Esto es consecuencia tanto de haber estado cerrados como del miedo a la pandemia por parte de la gente, que ya no sale tanto.

¿Es posible augurar cuándo podrán volver a la «nueva normalidad»?

Vamos a tener un verano sin gente, sin Aste Nagusia, con una bajada de turistas estatales y extranjeros... Además, hay un miedo general. Todavía no podemos vislumbrar las consecuencias, porque el verano es una época muy especial. Será en setiembre cuando veremos si podremos volver a una supuesta normalidad.

Todo esto tras perder un fecha tan crucial como es Aste Nagusia. ¿Esperan algo de movimiento?

Aste Nagusia es una fecha muy importante para nuestro negocio. Quizás los vecinos querrán salir a potear y eso se notará en el ambiente, pero tampoco esperamos mucho más.

¿Se está siendo justo con la hostelería desde las instituciones?

Los bares y hosteleros nos hemos convertido en los malos de la película. Propongo que perdamos el miedo. Hay que entender que con respeto, educación y con sentido común podemos salir adelante. Quiero pensar que no nos van a poner más impedimentos. Todo lo que sea poner obstáculos a la gente afecta a la hostelería. La hostelería es el termómetro de la economía básica. Por lo tanto, si hay bonanza y alegría en la calle, los bares funcionan.

¿La hostelería y sus clientes han pagado los platos rotos de la crisis sanitaria?

Cuando van mal dadas, todos los palos han ido a la hostelería y a una parte de sus clientes, los chavales, pero hay que decir que la mayoría de jóvenes son fantásticos. La juventud acostumbra a cumplir todas las normas, pero nos dan a entender que todos son los malos de la película. Creo que hay que tomar medidas en todos los ámbitos para minimizar riesgos, pero pido que no nos pongan el sambenito solo a la hostelería y los clientes.

Pedro «TIRAUKI»

«Hemos tenido pérdidas de miles de euros»

Desde el mundo de la hostelería, ¿esperaban esta repercusión de la pandemia?

Todo el mundo pensaba que serían quince días, y al final fue mucho más. Luego, con la desescalada, nosotros solo pudimos sacar una mesa con una silla a la calle, que es la mitad de lo que teníamos permiso antes del cierre. También nos vimos en la necesidad de hacer un ERTE, del cual, de momento, solo he rescatado al cocinero para tener pintxos. En total, las pérdidas que hemos tenido han sido de miles de euros.

Además, se han cancelado muchos grandes eventos programados este año.

Nos hemos quedado sin Semana Santa, Azkena Rock, BBK Live, la final de la Copa del Rey entre el Athletic y la Real Sociedad, Eurocopa y Aste Nagusia. Con esas seis fechas, nosotros hubiéramos hecho el año. De hecho, cada año después de las fiestas de Bilbo, cierro entre 15 y 21 días, según haya ido el negocio, y doy vacaciones a todos los empleados. Pero este año el volumen de gente va a ser muy distinto.

A esto hay que sumar las restricciones de horarios impuestas a los locales.

Las restricciones para la hostelería son muy fuertes, y se hacen notar en los negocios. Tener que cerrar a las doce nos ha supuesto limitar mucho las ventas. Al final nos dimos cuenta que lo único viable era abrir solo de jueves a sábado.

¿Qué implica que el bar sea vegano en medio de esta crisis económica y de clientes?

Aquí tenemos una clientela fija, la que viene a diario. Además es una clientela de todas las edades. Que sea un bar vegano no quiere decir que el que no lo sea no pueda entrar. La gente viene a Tirauki por los pintxos veganos que hacemos, aunque ahora se ha notado una bajada de clientes. Antes de la pandemia, teníamos 24 platos con 12 pintxos diferentes, y 8 tortillas veganas de distintos tipos cada día. Ahora, en cambio, solo hacemos cuatro platos con seis tipos de pintxos, y dos tortillas. Y todavía nos sobra.

Miguel Ángel JIMÉNEZ «JIMMY»

«Estamos en una situación parecida a la crisis del 2008»

¿Qué consecuencias ha tenido el confinamiento y las posteriores restricciones de aforo sobre el bar?

Tuvimos que hacer un ERTE, pero los gastos del local nos han seguido llegando. Hemos aprovechado para cambiar un poco el aspecto del local. Después, como solo podíamos poner una mesa en la terraza, no nos compensó abrir hasta que no se permitió estar también dentro del local.

Una vez abiertos, ¿se está viendo un cambio de comportamiento entre los clientes?

Sí, la gente hace mucho caso de las medidas, como el uso de la mascarilla, de geles hidroalcohólicos y la distancia de seguridad. Aunque Somera sea una calle estrecha, la gente mantiene los dos metros de distancia en la medida de lo posible. En general, veo que la gente es más precavida y eso también nos ayuda.

¿Se ha dejado notar en el negocio la nueva normalidad?

Se va notando, pero muy poco a poco. La gente tiene cierto resquemor a salir. Además, si no hay trabajo o no se cobran los sueldos, tampoco hay dinero. Esto es la puntilla de la crisis anterior, la de 2008, que se ha sumado a la actual. Y, como entonces, ésta también la está pagado la gente humilde. En aquel momento, se trató de algo progresivo, se empezaron a notar los efectos años más tarde: se facturaba menos, venía menos gente, el ambiente cambiaba... Algo parecido a lo que está pasando hoy día.

¿Cómo esperan afrontar el futuro próximo, sin Aste Nagusia y con estas restricciones?

Actualmente estamos en modo supervivencia, a la espera de ver cómo respondemos a las nuevas restricciones. Cumpliremos toda la normativa para evitar problemas, no solo a nivel económico y de multas, sino de contagios en el bar. Sacaremos agosto como se pueda, esperaremos que este año pase cuanto antes y que Aste Nagusia del año que viene sea una explosión de participación popular.

Mikel MARTINEZ

«Pena da Bilboko giroa desagertzea»

Cafe Bar Bilbao Plaza Barriko eta hiriko ikono bat da. Zer esan nahi du zuentzat Aste Nagusirik ez egoteak?

Hondamen txiki bat gehiago hondamendi orokorraren gainean. Aste Nagusia guretzat oso garrantzitsua da, ez bakarrik ekonomikoki, baizik eta moralki ere bai, bilbotar garen aldetik. Guretzat uda eta, uda barruan, Aste Nagusia, urteko momenturik garrantzitsuena da.

Nola aldatu da jendearen portaera azken hilabeteetan?

Guk denetarik ikusten dugu: jendea beldurrik gabe, oso alaiki dagoena, eta beste jende mota bat, beldurtuta daudenak. Ikusi ez arren, horien artean badaude dagoeneko etortzen ez direnak.

Cafe Bar Bilbaok 100 urte baino gehiago ditu. Inoiz halako zerbait ikusi da?

Guk hemen 30 urte daramagu, eta jakina ez dugula horrelakorik inoiz ikusi. Hala ere, kuriositate moduan, taberna hau 1911n sortu zenez, esaten dugu Espainiako gripea pasatu eta gainditu genuela 1918an, eta hau ere gaindituko dugu!

Zein aldaketa ikusi duzue azken urteetan?

Giroa asko aldatu da 30 urte hauetan. Lehen turismorik ez zegoen, eta oporrak hartzen genituen udan. Gaur egun hori pentsaezina da, uda urteko momentu garrantzitsuena baita. Gertatu zitzaiguna zen leku oso turistiko batean geundela eta turismoak jan egin gintuela. Aste Santuan, turistak desagertu ziren eta ikusi ahal genuen antzinako «giro bilbotarra» berriro. Pena bat da giro hori desagertzea.

Posible izango da Bilboko giro hori berreskuratzea?

Betidanik Bilboko taberna bat gara, eta gustatzen zaigu. Beti saiatu gara Bilboko giroan parte hartzen ekimen batzuekin, ez bakarrik ostalaritzatik, baizik eta ekimen kulturalak, hala nola antzerkia, musika, jaiak antolatzen... Orain, apur bat nahi gabe, irabaziko dugun gauza bat da Bilboko giroa berreskuratu ahal izango dugula. Nik esango nioke Bilboko jendeari hemen gaudela, nahi duenerako. Oso gustura hartuko dugula.

Txus LLORENTE

«Parece que contagios solo hay en los bares»

Oihane IRAZU |

¿Cómo está yendo este verano tan atípico aquí en el bar Txondorra?

Pues bueno, mirando lo que hay a nuestro alrededor, la verdad que no nos podemos quejar. Personalmente no he estado trabajando mal, pero sí que es cierto que muchos compañeros míos lo están pasando realmente mal, y con las nuevas restricciones algunos no pueden ni abrir. Tengo un compañero aquí al lado que dadas las restricciones no se puede permitir abrir. Y eso lo veo injusto, porque parece que la culpa de los nuevos contagios solamente está en la hostelería y no es así.

¿La afluencia de gente se puede comparar con agosto del año pasado?

La gente sigue viniendo igual que antes de la pandemia, aunque sí que se nota que el que antes se tomaba tres cañas ahora se toma dos, pero bueno, sigo trabajando bien, que no es poco. Este es un barrio en el que las fiestas de Aste Nagusia no tienen mucha trascendencia, aquí la gente durante la semana grande viene a las mañanas, a por el pintxo para desayunar, y este año pues mira, eso que me ahorro. El madrugón y el aguantar a más de uno que se pasa durante la noche.

La suspensión de la Aste Nagusia, por tanto, ¿no tiene gran relevancia económica?

Sí ha tenido relevancia, ya que este año vamos a notar que no vamos a tener ese extra de Aste Nagusia, que te ayudadaba para pasar unos meses malos en invierno. Pero bueno, mirando lo de alrededor, nosotros estamos bien. La verdad que el panorama de la hostelería anda bastante tocado, y que no tengamos los ingresos extras de Aste Nagusia, para mí ahora es lo de menos. Hay bares que lo están pasando realmente mal.

Rebrote, la palabra maldita. ¿Hay miedo?

Rebrote, es la palabra que está en boca de todo el mundo. Pero parece que todo el mundo se contagia en los bares, y no es así. Hay clientes que por miedo han dejado de venir.

Begoña IZAOLA

«La gente se ha ido a sus segundas residencias»

¿Cuándo abrieron el restaurante y cómo fue la respuesta de la gente?

Abrimos el día 13 de junio, que era sábado, y la verdad que me asusté, vi tanta gente que a las nueve de la noche cerré. Después de ese día la gente ha respondido bien, pero he notado cómo la mayoría se han ido a sus segundas residencias. Hay menos gente. Pero la verdad es que la gente se está portando bien. Siempre hay alguno más rebelde y al principio se negaba a ponerse la mascarilla, pero en general los clientes están muy concienciados en mantener las distancias y, sobre todo, en que no haya más contagios para que los bares no volvamos a cerrar.

¿Han notado que está siendo un verano diferente?

Se ha notado muchísimo. Además esta es una calle de barrio, llega turismo a veces pero no mucho. Por lo tanto, nuestros clientes habituales son gente de la zona, gente de aquí del Casco Viejo. Y claro, claro que se nota que es un verano diferente. Ya no solo por las fiestas de Aste Nagusia que no va a haber, sino por el ambiente que se respira en la calle. Estamos vendiendo la mitad. La mitad si lo comparas con el año pasado, con el anterior y con todos los anteriores.

¿Ha sido notable la bajada de la clientela en esta segunda ola de la pandemia?

Sí. La gente se ha ido a sus pueblos para prevenir. Pero de los que se han quedado aquí, la palabra «rebrote» ha afectado. Hay más nerviosismo. La gente no está de humor, por muchas ganas que tengan de hacer vida normal, todo el mundo se ve un poco cogido por esta pandemia del Covid-19. Pero lo que te digo, el problema es que la gente se ha ido a los pueblos por este miedo, y claro, los bares que nos dedicamos a ofrecer servicio a los de aquí y no a turistas, lo hemos notado. Nuestra clientela es más bien gente mayor, y claro al ser un grupo de riesgo, están más preocupados y por lo tanto huyen a sus segundas residencias.

Manu RUIZ

«Este verano hemos vendido un 5%, es bastante triste»

Madariaga taberna es un bar de la frecuentada calle Somera. ¿Cuál fue la respuesta de los clientes tras la apertura después de casi tres meses cerrados?

Abrimos el día 8 de junio, y la respuesta de la gente fue brutal. La verdad que fue una pasada la respuesta de la gente, se notaba que estaba deseando salir y volver a reencontrarse con los bares y con su gente, fue algo que no esperábamos y que nos sorprendió, y muy respetuosa con las medidas sanitarias recomendadas, la verdad.

¿Se ha notado en los ingresos este verano tan atípico?

Muchísimo, hemos vendido un 5% comparado con otros años. Ahora mismo este bar estaría llenísimo en las fechas en las que estamos, y fíjate, estamos cuatro y un tambor, es bastante triste. Se ha notado mucho todo la verdad, mucho. Y ya no te cuento Aste Nagusia. Los diez días más rentables del año. Y la verdad que el futuro lo vemos mal, con estas nuevas restricciones… lo vemos complicado. Aquí vienen todos los días los agentes de seguridad para recordar a los clientes lo que deben cumplir. Que si la mascarilla, que si la distancia… y ahora se une lo de no fumar a menos de dos metros de otra persona.

¿Tienen previsto recuperar algo de lo perdido tras estar tres meses cerrados?

Esto no se recupera ya, no soy nada positivo en este aspecto. No va a venir nunca el doble de gente. Si la fiesta de Santo Tomás se celebrara con normalidad, como un año normal, tal vez sí que podríamos recuperar algo, pero vamos, es algo impensable. Lo perdido, perdido está. Además con estas nuevas restricciones, la verdad que el futuro se ve bastante complicado, el foco está en la hostelería y claro, las restricciones las pagamos los hosteleros. A ver si la situación mejora y dentro de unos meses o incluso dentro de un año estamos hablando de otra situación, porque la verdad que ahora mismo es insostenible. Las restricciones y la poca gente que hay… pinta mal el asunto.