Tras el éxito que cosechó en 2018 la ópera infantil “Itsasotik eskolara”, que la sección infantil de los Coros Easo defendió en una bonita producción dirigida por Mafalda Saloio y que apostaba por el reciclaje, el sábado estos mismos protagonistas se subieron al escenario del patio de Tabakalera para una nueva propuesta que tenía el amor a la naturaleza y su sostenibilidad como razón de ser.

El punto de partida era el ciclo de canciones “L’Arbre-chanson”, escrito en 1982 por el compositor francés Etienne Daniel para un coro de niños, y a partir del que se elaboró todo un guion en torno a los árboles, sus características e importancia, con lúdicos textos en euskara creados por Marta García. 

Más que una propuesta para niños, se trató de un espectáculo protagonizado por niños pero dirigido a un público joven o adulto. En ese sentido, fue muy meritorio el trabajo de todos los intérpretes implicados (con edades entre los 9 y los 16 años, más o menos), que recitaron, actuaron, bailaron y cantaron muy bien a lo largo de un desarrollo variado e inteligente, que intercalaba escenas tiernas y poéticas con otras cómicas o festivas, y que guardó además un lugar para la dimensión pedagógica, gracias a la que pudimos enterarnos de que el árbol más alto del mundo tiene 115 metros y el más viejo 4.500 años. El público, lleno de niños que se portaron de maravilla, aplaudió con ganas.