MISNARIF SWANI

Relaciones por interés

Hoy en día la conciencia tiene su precio. Los derechos se negocian, los valores están en oferta.

En el Estado español, en sus medios de comunicación, se habla mucho de lo que está pasando en América Latina, que está a miles de kilómetros, pero no se oye nada de lo que está pasando en el Rif, situado a trece kilómetros de distancia.

Hoy por hoy, el líder del movimiento popular rifeño Nasser Zefzafi y sus compañeros llevan veinte días en huelga de hambre, debido a los abusos y vejaciones a los que se ven sometidos sistemáticamente, tanto física como psicológicamente, vulnerando todos los derechos que como presos puedan poseer. Uno de ellos ha intentado quitarse la vida por los maltratos que sufre a diario por parte de los funcionarios.

Como consecuencia de esta huelga se les castiga aún más, trasladándolos a régimen de aislamiento, impidiendo que puedan ver o hablar con nadie y negándoles cualquier uso de las instalaciones penitenciarias.

¿Por qué las instituciones europeas guardan tanto silencio respecto a Marruecos?

¿Será porque amenaza con disparar la emigración?

¿Será porque advierte que puede dar vía libre al tráfico de drogas?

¿O será porque Marruecos está limpiando los trapos sucios de Europa?

La Unión Europea financia a este país desde siempre, mientras observa cómo ese dinero nunca se refleja en un desarrollo real y sostenible para sus ciudadanos.

Mientras las relaciones por interés beneficien, no importa pisar los derechos universales fundamentales.

Recordemos que el propio líder de este movimiento, Nasser Zefzafi fue finalista al premio Sajarov por la Libertad de Conciencia en el Parlamento Europeo en el año 2018.

Las instituciones de la Unión Europea tienen que recapacitar y decidir si están con el opresor o con el oprimido.