Dabid LAZKANOITURBURU

Los chilenos quieren abrir las grandes alamedas cerradas el 11S

Tal día como ayer hace 47 años el Ejército chileno y EEUU truncaron la vía democrática al socialismo, inaugurada tres años atrás por Salvador Allende. Su proyecto sigue vivo y resume, más allá del factor tiempo, las exigencias de la ola de protestas de octubre de 2019.

Ayer 11 de setiembre se cumplieron 47 años desde el derrocamiento y muerte del presidente legítimo de Chile, Salvador Allende, en el Palacio de la Moneda. Y el pasado 4 de setiembre se conmemoraron los 50 años del triunfo del líder de la «Vía Chilena al Socialismo». Una apuesta que se desmarcó de los modelos soviético y maoísta y le convirtió en el primer marxista occidental que llegaba al poder a través de las urnas.

Medio siglo después, las protestas de octubre de 2019 confirmaron el augurio-testamento que hizo antes de morir: «Se abrirán las grandes alamedas».

Como candidato de la Unión Popular, coalición de izquierdas entre Partido Socialista y Partido Comunista, Allende propugnó un Estado popular y una economía planificada, en gran parte estatizada, pero su programa, y su persona, acabaron de manera trágica tres años después con el golpe de Estado de Pinochet.

Su figura aún traspasa fronteras y la izquierda chilena lo recuerda como uno de los presidentes más importantes de su historia y valora los principios inspiradores de su Gobierno.

El presidente del Partido Socialista, el senador Álvaro Elizalde, señaló que algunos proyectos de Allende, como la profundización de la reforma agraria y la nacionalización del cobre, siguen vigentes.

Su hija Isabel coincide en que «algunos de los cambios que hoy pide la ciudadanía, como la igualdad y las políticas sociales de salud, educación, vivienda y empleo, habrían sido una realidad» si el Gobierno de su padre hubiera continuado.