Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Eso que tú me das»

Confesiones al doblar la esquina de la vida

No comulgo con el estilo periodístico de Jordi Évole en el que el entrevistador acapara el protagonismo y eclipsa al propio entrevistado. Pero en “En eso que tú me das” es de las pocas veces en las que el periodista catalán asume un rol secundario. Supongo que mucho de ello tiene que ver que sea un amigo el que recibe las preguntas y que, sobre todo, este amigo esté en su cuenta atrás vital. La comunión entre Jordi Évole y el cantante Pau Donés se traduce en un documental honesto que tiene su arranque en las dudas y temores que asaltan al periodista cuando acepta el reto que le lanzó su amigo, compartir una conversación a sabiendas que el cáncer había dictado sentencia y que esta llegaría en breve. Para tal fin, el cantante y líder de “Jarabe de palo” elige un territorio en el cual se siente feliz y cómodo, su casa en el Vall d’Aran. Dicho escenario, elegido por el protagonista para pasar junto a su familia sus últimos días, otorga en su tramo inicial al documental ese tono de calor que comparten los dos protagonistas.

Demacrado por su enfermedad, Donés invierte su tiempo en reivindicar la vida y las emociones a sabiendas de que son algo efímero y de paso, comparte con Évole sus impresiones acerca de la muerte. Los miedos siempre asoman en esta entrevista pero lo hacen desde una visión luminosa, tan luminosa como la que se revela en la segunda parte del filme, cuando la cámara abandona el interior de la casa y son los espectaculares espacios naturales quienes se encargan de dictar los tonos. El humor, como acto de subversión del drama evidente, también se suma a este proyecto que no requiso de guion y en el que las preguntas se suceden de manera natural. Tomando como hilo el tema “Eso que tú me das”, su autor pone de manifiesto esa necesidad de exprimir al máximo la vida y arañar, incluso en su epílogo, todas las horas posibles de vida extra.