El Ibex no pudo cerrar ayer por encima de los 7.000 puntos, aunque el balance semanal es positivo al anotarse un 2,91%, su mayor ganancia desde mediados de agosto. Los intentos de superar ese nivel sicológico duraron una hora desde la apertura, ya que después se pasó al terreno negativo y no se abandonó en el resto de la sesión. El lunes comenzará con 6.950,90 puntos, después de retroceder un 0,60%. Las plazas europeas, por el contrario, tuvieron un cierre más benigno, destacándose los avances en París (+0,71%) y Londres (+0,65%). Por su parte, Fráncfort y Milán subieron un 0,07%.

Los inversores mostraron ayer sus dudas ante la rápida escalada de los contagios de coronavirus por todo el mundo. Una mayor preocupación se concentra- ba en el aumento de las restricciones de movilidad y actividad en el Reino Unido y Alemania, así como en los estados español y francés. Vuelve a tomar cuerpo la posibilidad de otro grave parón económico si las medidas de combate contra la pandemia no tienen un efecto rápido.

A favor de los mercados jugaba, otra vez, el buen comportamiento de Wall Street, que prolongaba su avance por tercer día consecutivo. A la hora del cierre en Europa, los índices principales registraban subidas, liderados por el Nasdaq 100, que ganaba más de un 1%.

Por valores del Ibex, el sector financiero y los pesos pesados se convirtieron en su mayor lastre. Entre los bancos, todos a la baja, los más castigados eran Sabadell (-3,18%) y Bankinter (-3,43%). Por parte de los grandes, tan solo Repsol (+1,08%) e Inditex (+0,33%) eludieron las caídas. Así, BBVA perdió un 1,85%, Telefónica, un 1,42%, y Santander, un 1,28%. En el lado de las subidas, brilló el sector farmacéutico, con PharmaMar (+5,85%) a la cabeza.