GARA
BISHKEK

El presidente kirguís dimite para evitar «un derramamiento de sangre»

El presidente de Kirguizistán, Sooronbai Jeenbekov, anunció su dimisión por la crisis desatada por las elecciones parlamentarias, posteriormente anuladas, con el fin de evitar un «inevitable derramamiento de sangre».

En un mensaje a la nación, Jeenbekov reconoció que pese a acceder al nombramiento el miércoles de su rival, Sadir Japarov, como nuevo primer ministro, «las demandas para mi dimisión inmediata continúan» pese a que se comprometió a renunciar una vez se celebren las nuevas elecciones parlamentarias.

En virtud de la Constitución, el presidente del Parlamento es quien debe asumir de forma interina las riendas del país hasta la celebración de elecciones presidenciales en el plazo de tres meses.

Comicios anulados

Kirguistán celebró elecciones parlamentarias el pasado 4 de octubre, tras las que tan solo cuatro partidos consiguieron representación, lo que generó inmediatamente multitudinarias protestas en la capital y en otras ciudades, incluida Osh, la segunda del país.

Los manifestantes tomaron la sede del Parlamento y de la Presidencia, forzando al primer ministro y al presidente del Parlamento a presentar su renuncia, al igual que hicieron algunos ministros y cargos electos de distinto nivel. El 6 de octubre la Comisión Electoral anunció la anulación de los comicios, lo cual no frenó las protestas.

Japarov fue liberado por los manifestantes de la prisión en la que cumplía una condena por una protesta en Karakol en 2013 y el secuestro del gobernador regional.

Es la tercera dimisión por presión popular de un presidente kirguís en los últimos 15 años.