Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
Elkarrizketa
JAVIER REMÍREZ
VICEPRESIDENTE Y PORTAVOZ DEL GOBIERNO DE NAFARROA

«No es momento de vetos, que NA+ pida vetar a Bildu es incoherente»

Remírez ocupa la Vicepresidencia Primera y está al frente de la Consejería de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior. Licenciado en Derecho, se especializó después en Recursos Humanos y Dirección de Empresas.

Su Gobierno necesita de NA+ o de EH Bildu para sacar los presupuestos. ¿Se avanza más por un carril que por otro?

En la situación en la que está la Comunidad Foral, al igual que el conjunto de España y de Europa, se requieren acuerdos amplios. A partir de ahí, tenemos la mano tendida a todos los grupos del Parlamento, pero también una idea muy clara de cómo tienen que ser los presupuestos de Navarra. Somos un Gobierno progresista y, por tanto, esa tiene que ser la orientación. La prioridad absoluta es la lucha contra la pandemia y las otras prioridades son contribuir al crecimiento económico y a la creación de empleo, así como al fortalecimiento de los servicios públicos. En esa línea progresista quien quiera encontrarse, se encontrará con el Gobierno.

El debate del estado de la comunidad deja un ofrecimiento de Na+ para dejarles sacar sus presupuestos a través de una abstención... si vetan a EH Bildu. ¿Ve este ofrecimiento sincero?

Los hechos les delatan. Lo hemos visto en ese mismo debate, donde han mantenido una actitud de abierta frontalidad contra el Gobierno. Cuestionan –diría que íntegramente además– la labor política de este Gobierno, porque consideran que hay una continuidad con unas políticas que consideran erróneas. Y a su vez, plantean un cheque en blanco a estas mismas políticas. No se acaba de entender.

Nosotros creemos que este no es un momento para vetos. El planteamiento de un veto hacia Bildu que hace Navarra Suma resulta además incoherente. Ellos mismos han acordado en los últimos meses temas de peso con EH Bildu. Hablo de las enmiendas a las entidades locales o de las ayudas a autónomos. Ellos han acordado cosas y bien hecho está. Así es la política. Es hora de acabar con los vetos cruzados, lo ha dicho la presidenta del Gobierno. Por tanto, hay que abrir un diálogo con todas las fuerzas para aprobar los presupuestos del Gobierno.

¿Quizás la propuesta de NA+ parece un abrazo del oso, que más pretende ahogar que prestar ayuda?

UPN, que es el partido mayoritario de Navarra Suma, ya va para dos legislaturas en la oposición y está viendo que Navarra avanza, que Navarra progresa. La Comunidad ha logrado mejorar a todos los niveles: crecimiento económico, atracción de inversión, creación de empleo… Y todo eso lo hace sin el concurso de la derecha política. Esa irrelevancia es la que les hace dar los bandazos. Cuestionan íntegramente la labor política del Gobierno, piden incluso la dimisión de la Consejera de Sanidad, y al día siguiente nos ofrecen un cheque en blanco. Acordaremos con quien quiera acordar, queremos acordar con todo el mundo, pero sí que hay un sesgo de falta de sinceridad.

En Nafarroa hemos tenido «agostazos», «marzazos», «rubalcabazos» y otros «azos». Todo eran vetos. Al final, el PSN gobierna gracias a que cruzó ese Rubicón. ¿Cómo se percibe el mundo desde la otra orilla?

Tengo que dejar claro que yo hablo como vicepresidente del Gobierno. No soy portavoz de un partido concreto, aunque lógicamente pertenezco al PSN. Solo decir que en esa trayectoria que hemos hecho dentro del Partido Socialista hay un cambio que en este caso vino con el liderazgo de María Chivite, en el cual le acompañamos muchos y muchas que teníamos muy claro que había que responder al anhelo de una política claramente progresista y de cambio. Esa es la línea que el equipo de María Chivite tuvo clara desde el principio, desde que fue nombrada secretaria general.

Sé que es el vicepresidente, pero tengo otra cuestión para comentarle como militante de partido. Cuando ustedes buscaron una investidura alternativa para dejar de estar condenados a pactar con la derecha, pareció que Pedro Sánchez les hizo un favor dejándoles apoyarse en la abstención de EH Bildu. Con los meses, ese cambio en Nafarroa ha acabado haciéndole un favor a Sánchez, que ha encontrado nuevos aliados en el Congreso. ¿Comparte esta reflexión?

Afortunadamente, la política es cambiante. En lo que se refiere al espacio de la relación política y de la convivencia, de la geometría variable, ha habido un cambio a mejor. La situación con respecto a la que había hace cinco o diez años es muy diferente en la Comunidad Foral y en España. Esto permite un mayor juego del diálogo político, que hoy se da y que antes era muy difícil que se diese.

En lo personal, en lo familiar si me lo permite, usted ha vivido la polarización de una forma particularmente cruda.

Así es.

¿Está usted personalmente contento de que la situación haya cambiado?

Por supuesto que sí. Si echo la vista atrás, veo tiempos muy complicados. Veo una fuerte actividad terrorista, veo la kale borroka. Muchos hemos luchado desde ese mismo momento para que se creara un espacio de convivencia, de pluralidad y de reconocimiento de la pluralidad, de hablar entre todos y de llegar a acuerdos. Este escenario que actualmente tenemos es por el que muchos hemos luchado desde el principio. No se trata de criminalizar ninguna idea política, sino las formas y los métodos. Erradicados los métodos, aunque creemos que en este caso hay pasos a dar por parte de un sector de la sociedad todavía, desde luego se puede hablar en política y llegar a acuerdos. O de no llegar a acuerdos, que tampoco pasa nada.

Vayamos a esos acuerdos. Vuelva a vestirse de vicepresidente. Se diría que esta ocasión no va a ser tan sencillo entenderse con EH Bildu. La vez anterior eran unos presupuestos expansivos y así es fácil encontrarse, los presupuestos que vengan, por mucho que se quiera mantener un gasto potente, parten de una evidente caída de los ingresos. Buscar compañeros para recortes es más difícil.

Son momentos para buscar altura política. Como dice, es fácil gobernar en tiempos de expansión. También le digo que la reducción de ingresos que preveíamos hace unos meses del 20% se han reducido solo un 9,7%. Digo «solo» en comparación, porque una caída del 9,7% en otro contexto sería un desastre absoluto. También se ha conocido el dato de la recuperación del PIB y Nafarroa ha recuperado lo perdido en el segundo semestre. Además, debemos saber que caminamos hacia un techo presupuestario que incrementa el del año anterior, porque es el momento de hacer una apuesta política y presupuestaria contracíclica para salir cuanto antes de esta situación y, sobre todo, sin dejar a nadie atrás.

En este escenario, creemos que hay mimbres para que las fuerzas sean responsables. En la mayoría del arco parlamentario encontramos posturas responsables.

Lo he esquivado a posta, pero toca hablar del covid. La situación hospitalaria navarra es ya muy complicada, si no crítica. ¿No cree que se debería haber advertido de esto con mayor contundencia?

Hemos tenido una actitud muy proactiva. Hemos sido los que más pruebas PCR hemos hecho. Buscamos los contactos, sabemos dónde se contagia la gente siete de cada diez veces. La foto está clara y los focos están en ámbitos sociales privados.

Hemos dicho que la situación era complicada, que no había que confiarse. Pero bueno, es verdad que estamos en la situación que estamos. No sé por qué es, quizá por la forma de socializar en cuadrilla o por lo que sea.

Lo que sí puedo decirle es que la cifra de positivos y los datos que trasladamos al Ministerio son verdad, son los reales. No hacemos decalajes. La fotografía que damos es fiel a lo que hay y, sí, la foto es crítica. Por eso hay que cumplir no solo las normas, sino también todas las recomendaciones. Debemos reducir al mínimo los contactos.

Existe un sentir ciudadano que exige que los políticos asuman responsabilidades por falta de previsión ante esta segunda ola. ¿Qué se ha hecho mal para estar así?

Con el paso de los meses y mirando hacia atrás, hubiésemos actuado de otra manera. Esta es una pandemia desconocida para el conjunto de la humanidad, que nos ha venido de improviso a todos los países y todas las sociedades. Hemos tenido que reaccionar. Pusimos el foco en el control de aglomeraciones o situaciones de riesgo en espacios públicos, calles, transportes, centros de enseñanza, laborales y sociosanitarios. Pienso que como sociedad tenemos la lección aprendida en espacios públicos. Tampoco hay grandes focos en centros de trabajo y escolares, pues las cifras así lo indican. Donde están los problemas es en el ámbito privado. Eso es lo que no supimos ver o anticipar. Si en público no se puede, hay un traslado y en los ámbitos privados donde existe confianza se relajan las medidas. Debimos haber puesto mayor empeño en que allí, en el domicilio, era donde residía el peligro.

A ver si le resumo la norma actual en Nafarroa. Está prohibido relacionarse en interiores con cualquier persona con la que no se conviva.

Confinamiento perimetral, cierre de hostelería y que no pueda haber interacción fuera del espacio laboral o educativo, a excepción de personas que viven solas o dependientes. Son las más duras de todo el Estado, equiparables a las del conjunto de Europa.

¿Y si no bastan?

Creemos que pueden funcionar. Sé que la gente se frustra porque los contagios no bajan. ¿Pero dónde estaríamos sin las medidas? ¿Hasta dónde habría subido la curva? Hay que bajar los contagios drásticamente. Y si estas medidas no bastan, pondremos otras. No descartamos nada, prima la salud pública.