Janina PÉREZ ARIAS
Elkarrizketa
NANETTE BURSTEIN
DIRECTORA CINEMATOGRÁFICA, DOCUMENTALISTA

«Hasta que no haya una mujer en la presidencia de EEUU no se superarán los prejuicios»

La miniserie documental «Hillary» es un exhaustivo recorrido por la vida privada y política de la polémica exsecretaria de Estado y exprimera dama de EEUU. Se trata de una miniserie biográfica de cuatro episodios que causó sorpresa en el Festival de Sundance. La realizadora de esta producción nos habla de los entre telones.

¿Es una quimera plantearse que una mujer pueda alcanzar la presidencia de EEUU? En 2016 Nanette Burstein (Nueva York, 1970), como otros millones de sus compatriotas, lo sintieron posible. Se equivocaron.

Hillary Clinton reconoció su derrota en aquellas elecciones presidenciales con Donald Trump, y Burstein no se lo podía creer. En ese momento no se imaginaba que el equipo de la excandidata demócrata la contactaría dos años más tarde para hacer una película con las 1.700 horas de grabación de una suerte de detrás de bambalinas de la campaña electoral.

La documentalista, toda una experta en objetos de estudio polémicos (“Gringo: The Dangerous Life of John McAfee”, “The Price of Gold”), vio otra posibilidad que luego se convertiría en una miniserie biográfica de cuatro episodios titulada “Hillary”, cuyo estreno en el Festival de Sundance causó sorpresa.

«No era un secreto, aunque tampoco anunciamos este proyecto en la prensa con bombos y platillos», comenta Nanette Burstein en la Berlinale, donde presentó la serie junto a la exsecretaria de Estado.

La miniserie “Hillary”, que se puede ver a través de la plataforma Movistar+, no es un fresco buenista de Clinton, sino exhaustivo, en el que toman la palabra Bill y Chelsea Clinton, Barack Obama, amistades de antaño, así como otras personas que la han observado durante su carrera política.

Aunque el equipo de trabajo de la ex primera dama de EEUU detecte en esta serie muchos escándalos, los mismos están fundamentados en hechos. De lo contrario, saca conclusión Burstein, «Hillary no hubiera estado conmigo promocionándola».

¿Por qué cree que Hillary Clinton depositó tanta confianza en usted?

A decir verdad, no lo sé. Me habían contratado para un proyecto diferente, de manera que fui a su oficina a conocerla; ambas estábamos nerviosas. No creo que en ese primer momento le hubiera hecho ilusión que le planteara hacer un filme sobre su vida o una serie de cuatro horas para la cual se tendría que someter a entrevistas durante siete días. Estoy segura de que me hubiera dado un portazo en la cara.

Cuando tuve una noción de todo el material que tenía entre mis manos, volví a reunirme con ella para proponerle mi idea, resalté la importancia de la historia de su vida, lo emblemática que es para el movimiento feminista y para otros temas por los que ella siempre se ha interesado y luchado. Vio pues la importancia de realizar este proyecto y fue con todo a por ello.

Esperaba que accediera tan fácilmente?

Hay que pensar que se trata de una mujer cuya reputación es la de tener todo controlado y de ser evasiva. Me encontré con todo lo contrario. No obstante, puse mis condiciones. Le aclaré que ella no tendría control creativo, contractual ni de ningún otro tipo; que necesitaría su disposición a seguir el proceso del proyecto y conversar conmigo, por no mencionar el animar a su marido para ser entrevistado durante tres días. También recurrí a otras fuentes e incluso quise recoger testimonio de algunos de sus críticos y archienemigos, pero por desgracia estos no accedieron.

¿Quiénes son esos enemigos concretamente?

Son muchos. En mi lista tenía unas 30 personas del partido republicano, así como gente que había estado involucrada de una forma u otra en su carrera política. Esa lista la encabezaba Newt Gingrich, quien fuera líder de los republicanos en los 90 pero que sigue teniendo un gran peso político detrás de bastidores. A través de su secretaria de prensa había rechazado amablemente mi solicitud, pero alguien me dio su número de móvil. Me figuraba que no cogería la llamada, pero contestó. Le dije que me encantaría tener su opinión, escuchar “el otro lado”; me respondió que preferiría clavarse agujas en los ojos antes de dar una entrevista sobre Hillary Clinton. Esa actitud manifiesta la polarización existente en EEUU, también evidencia el miedo a que te asocien con alguien del bando contrario, ya que Hillary ha sido un símbolo aterrador para los republicanos. Es que ni siquiera los senadores más moderados accedieron a ser entrevistados. Por otra parte, de entrada di como causa perdida a (Donald) Trump, y tampoco consideré a Bernie Sanders porque no quería referirme tanto a la campaña de 2016.

¿Hubo algún aspecto de su biografía que le haya impactado?

Siempre se ha hablado mucho del matrimonio de los Clinton, nunca supe qué había de cierto. Después de hablar con ellos sobre esas percepciones, podría decir que su matrimonio es complicado, como el de muchas parejas. Esa gente se ama, son socios, pero no es tan maquiavélico como la gente piensa, y para ambos ha sido muy doloroso atravesar por tantas dificultades. También me impactó la cantidad abrumadora de veces que Hillary se ha enfrentado a tantos desafíos. Me sorprende su gran capacidad de salir adelante, y me pareció notable que después de todo lo que ha vivido haya decidido postularse a la presidencia. Yo no tendría su fortaleza, en su lugar lo hubiera dejado hasta allí. Sencillamente, me hubiese dedicado a cuidar de mi jardín.

¿Piensa que Hillary Clinton es muy honesta para el circo político?

No lo sé. Cuando se presentó a la presidencia tenía que ser muy precavida, de hecho le criticaron por su excesiva cautela y su falta de honestidad. No hay una manera perfecta de desenvolverse en la arena política. Sin embargo, creo que era una buena candidata y que existieron muchos factores que impidieron su victoria en las elecciones.

¿Piensa que hubiera sido diferente si fuese hombre?

Hubiera tenido una buena posibilidad. Las candidatas siguen siendo objeto del mismo tipo de prejuicios inconscientes provenientes no solo de los hombres con intención de voto, sino también de las mujeres. Lo acabamos de ver con Elizabeth Warren (ex candidata demócrata), a quien tildaron de sabionda petulante, aunque tenía las mismas ideas de Sanders. Hasta que no elijamos a una mujer para que ocupe el cargo más alto de nuestro país, como lo es la presidencia, lo normalicemos y sea palpable, nunca se superarán los prejuicios. En la mente de la gente perdurará la incapacidad de entender que algo va mal.

¿De qué manera puede calar la historia de Hillary Clinton en las generaciones más jóvenes?

Es un modelo a seguir. Hillary no se ha dejado intimidar ante los desafíos para contribuir a los cambios necesarios para las mujeres y niñas. Por lo que es importante que los más jóvenes entiendan su figura. No hace mucho tiempo a las mujeres no se les permitía tener una tarjeta de crédito a su nombre, ni ejercer muchas profesiones. En la época de estudiante de Hillary, fue inusual estar entre las cinco mujeres que hicieron el examen de acceso a la facultad de Derecho. Mucho ha cambiado en un lapso muy corto de tiempo, pero las nuevas generaciones dan todo por sentado. Como somos conscientes de lo rápido que todos esos logros se pueden revertir, es fundamental recordar que es reciente que las mujeres sean consideras iguales a los hombres. Es importante entender el sesgo inconsciente que se produce y del que las mujeres no solo son víctimas cuando intentan asumir posiciones ocupadas generalmente por hombres, sino que también juzgan duramente a las otras. Por lo tanto, cuanto más comprendan las nuevas generaciones todo esto, podremos encaminarnos hacia las transformaciones necesarias.

Hillary Clintonen gaineko telesaila

2016ko AEBetako hauteskundeetan, Nanette Bursteinek, beste hainbat emakume estatubatuarrek bezala, Hillary Clinton presidente izatera irits zitekeela pentsatu zuten. Hauteskunde kanpainan filmatutako irudiek 1.700 ordutako materiala utzi zuten eta hori baliatu du Bursteinek “Hillary”, lau ataleko telesaila, osatzeko. Bill eta Chelsea Clinton, Barack Obama, hautagaiaren lagun zaharrak eta bere ibilbide politikoan zehar alboan izan dituenen esanak jasotzen ditu telesailak. Ez, ordea, bere etsaienak, zuzendariak dioenez, ez baitzuten parte hartu nahi izan. Telesaila Sundancen estreinatu zen, eta aurkezpenean izan zen Hillary Clinton bera ere.