GARA
BILBO

Juan Cuatrecasas: «He pasado diez años en estado vegetativo»

El joven víctima de abusos sexuales en el colegio Gaztelueta de Leioa, Juan Cuatrecasas, dio ayer testimonio de su dolor en Radio Euskadi y también de lo que supone un proceso judicial así para quien tiene que afrontarlo. En la entrevista confesó haber pasado diez años de su vida «en estado vegetativo», y que las agresiones por parte de su exprofesor y numerario del Opus Dei cuando tenía 12 y 13 años le marcarán de por vida «porque no se puede borrar».

Juan Cuatrecasas tiene 24 años, pero apenas llegaba a 12 cuando ocurrieron los abusos sexuales, acreditados judicialmente, en el colegio Gaztelueta. Dos meses después de que el Tribunal Supremo declarase probados los hechos, pero redujera la condena al profesor de once a dos años de cárcel, dio la cara y puso voz a lo ocurrido en los micrófonos de Radio Euskadi.

«He estado diez años en una situación de estado vegetativo, sin poder hacer la vida de un chaval de mi edad», resumió Cuatrecasas, que estudia Derecho en Madrid, para poner distancia física respecto al lugar donde sufrió los abusos. Va saliendo poco a poco de la situación de estrés postraumático que le supuso la situación padecida. Le cuesta definir esa década: «Tienes que vivirlo para saber lo que es, te sientes impotente, quieres ver luz, pero no puedes». Hoy día, sigue reviviendo lo ocurrido con cualquier comentario o imagen que lo desencadena.

«La fuerza va por rachas, es como una montaña rusa en la que a veces estás arriba y a veces abajo. Cuando empecé a hablar de este tema fue justo cuando me cambiaron de colegio. Me vi superado y fue una manera de explotar», expuso.

«Cuando lo denuncié, no era consciente prácticamente de nada», explicó el joven, que no se arrepiente de haber emprendido esta vía judicial a pesar de su dureza. Y también pese a que se acaba dolido porque, si bien los abusos se han declarado probados, «en los matices» ve puesta en duda su credibilidad.

Señaló lo «sangrante» que es «tener que revivir una y otra vez algo que quieres olvidar» ante diferentes instancias judiciales, en las que «te sientes juzgado». En ese ámbito echa en falta «especialistas» para poder afrontar de modo adecuado esas situaciones. Recordó, como episodio significativo, que «en selectividad me tocó hacer el examen como todos, cuando yo había estado muchos años aislado de gente de mi edad. Me había acostumbrado a estar solo y me sentí en la boca del lobo, pendiente de las miradas de la gente, en un estado algo paranoico».

«Intentan tapar» lo permitido

La familia había pedido el encarcelamiento del agresor, que no ha sido aceptado por la Audiencia de Bizkaia . La orden de alejamiento impuesta, considera Cuatrecasas, «es significativa, pero no sé si es suficiente».

Sobre la actitud del centro del Opus Dei, que siempre ha amparado al condenado, fue claro: «Intentan tapar todo lo que han permitido, mienten y protegen al agresor». Preguntado sobre si cree que hubo más casos similares, no tiene pruebas, pero lo ve posible porque la práctica en Gaztelueta era «proteger al gallito» y desatender a personas vulnerables.

También lamentó que solo un estudiante «se atrevió a decir la verdad, mientras otros lo ocultaban o «repetían las mentiras del colegio».

Era la primera vez que el joven intervenía en una radio, aunque su crudo testimonio de los abusos ya se conoció durante el juicio. «No lo veo como algo valiente, sino necesario», dijo sobre el paso dado. «Me siento más fuerte ahora, me he abierto más», aseguró. Aunque se siente condicionado por todo lo que pasó: «Me cuesta mucho confiar en las personas y supongo que el resto notará en mí distanciamiento, frialdad».

«¿Si me va a quedar marca de por mi vida? Sí, esto no se puede borrar ni superar, hay que aprender a vivir con ello», concluyó.

irakaslearen gehiegikeriengatik, hamar urte galduta

Juan Cuatrecasas Leioako Gaztelueta ikastetxean sexu-abusuak jasan zituen gazteak bere minaren testigantza eman zuen atzo Radio Euskadin. Horrelako prozesu judizial gogor bati aurre egin beharrak zer dakarren ere azaldu zuen. Elkarrizketan, bere bizitzako hamar urte «egoera begetatiboan» igaro zituela aitortu zuen, eta Opus Deiko numerarioa zen bere irakasle ohiak 12 eta 13 urte zituenean egin zizkion sexu-erasoek bizitza osorako markatuko dutela aitortu zuen, «ezin delako ezabatu». «Salaketa jarri nuenean, ez nintzen ia ezertaz jabetzen», azaldu zuen. Gaztea ez da damutzen auzitara jo izanaz, baina bidea gogorra izan dela aitortu zuen.