Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Cómo sobrevivir en un mundo material»

La estafa como una declaración de intenciones familiar

La directora y protagonista de “Tú, yo y todos los demás” (2005) ha optado en esta oportunidad por delegar el rol protagonista en Evan Rachel Wood, la cual se mete en la piel de la única hija de un matrimonio de estafadores profesionales que despertará a las emociones e intentará romper los vínculos que la atan a su muy peculiar familia con el respaldo de una desconocida que irrumpió en sus vidas. Cálida y emotiva, esta comedia cuenta no solo con el refuerzo interpretativo de un reparto más que solvente y en el que además de las interpretaciones de Wood y de la “perfecta desconocida” interpretada por Gina Rodriguez, brillan con intensidad los veteranos Debra Winger y Richard Jenkins en los roles del matrimonio de estafadores. Chispeante en sus diálogos, “Cómo sobrevivir en un mundo material” también incide en los demonios del capitalismo y en la desmesura de una sociedad obsesionada con el consumismo salvaje.

El toque que imprime la cineasta Miranda July en esta su tercera experiencia en el formato largo se traduce también en un cuidado encadenado de secuencias muy bien ejecutadas y dinámicas que hacen de este filme una variante proletaria de “Ocean’s Eleven”.

Podría decirse que tanto en su estilo como intenciones, esta película sigue la estela de las propuestas filmadas por los clásicos Mario Monicelli y Dino Risi. Tras su más que evidente fachada extravagante, lo que planea en esta comedia “indie” es la reflexión en torno a temas como la soledad, la familia y lo mucho que nos cuesta abrir nuestras barricadas emocionales al resto. La modestia de sus pretensiones también figura entre las virtudes de una película que incluye escenas tan divertidas como la que transcurre en la casa inundada de jabón.