Amparo Lasheras
periodista
AZKEN PUNTUA

En trocitos iguales

He llegado a la conclusión de que no capto bien el nuevo paradigma que hoy domina el discurso social. Ahora parece que el pueblo es el responsable, directo e indirecto, de todo cuanto ocurre en el mundo globalizado, en especial de lo no deseable, de lo que nos hace sufrir y, al final, nos destruye. Si se saquean los recursos de pueblos enteros, si se provocan guerras y se invaden países por el control de una hegemonía económica, si se destruye el medio ambiente a pasos agigantados, si el mundo se ha convertido en una caravana de migración obligada, si el hambre, la pobreza y la exclusión se atrincheran en los suburbios de todas las ciudades, el causante de tanto drama es… el nivel de vida de las personas corrientes que es un derroche continuo de buen vivir. Si se destruye el tejido industrial, los desempleados aumentan y la precariedad se legitima, los responsables son los mismos trabajadores que solo quieren volver al estado de bienestar y no se implican en las necesidades de la era tecnológica.

Ahora, cualquier solución para acabar con la gran desigualdad que nos acecha, pasa por una reflexión individual en la que es obligatorio hacer una revisión crítica del pasado y de sus ideas de clase. La responsabilidad del desastre social se está repartiendo en tantos trocitos iguales que el verdadero causante se ha difuminado y ya ni siquiera tiene nombre.