Martxelo DÍAZ
DONOSTIA

La «mochila de kale borroka» es una suposición de la Ertzaintza

La «mochila de kale borroka», una de las principales pruebas de cargo contra Galder Barrado y Aitor Zelaia en el juicio en la Audiencia Nacional española en el que le piden ocho años de cárcel a cada uno, se basa únicamente en suposiciones del ertzaina que elaboró el atestado, según quedó acreditado en la vista que se celebró ayer.

Una mochila en la que se encontraban bridas, cinta americana, guantes, walkie-talkies y teléfonos móviles y que se halló en el registro en el domicilio de Aitor Zelaia es una de las principales pruebas de cargo en el juicio que ayer comenzó en la Audiencia Nacional española y en el que Zelaia y Galder Barbado se enfrentan a una petición fiscal de ocho años cada uno. La prueba quedó desacreditada con el testimonio del agente de la Ertzaintza que actuó como instructor, que la calificó como «una mochila de kale borroka» porque al aparecer todo el material conjuntamente «hace sospechar que pueda ser un kit» de sabotaje, pero no fue capaz de presentar ninguna prueba para sustentar tal afirmación.

La explicación de la presencia de esa mochila es que el material correspondía a un turno del Hatortxu de 2018, en el que Zelaia colaboró como voluntario en el área de seguridad. Un testigo de la defensa lo ratificó en la vista. Las bridas eran para atar las vallas, la cinta americana para realizar reparaciones de urgencia, los walkie-talkies para comunicarse... Zelaia se llevó a casa esa mochila para entregársela en los días siguientes a un responsable de Hatortxu.

La existencia de ADN de Zelaia y Barbado en verduguillos se explica también por el Hatortxu, ya que ambos cubrieron turnos consecutivos de seguridad. No se conocían entre ellos hasta que fueron detenidos y encarcelados por esta causa.

Sobre la presencia de las huellas de ambos en bolsas halladas en un bidón descubierto por la Ertzaintza en Durana, señalaron que la única explicación que tienen es que han cubierto turnos en txosnas y bares en los que han tocado infinidad de bolsas.

El autor del atestado de la Ertzaintza reconoció en la vista que tampoco hay ninguna evidencia de que el bidón de Durana tenga relación alguna con ETA «ni con otros grupos afines al MLNV y a la kale borroka» más allá de que «es un material típico». «No digo que esto sea de un comando de ETA ni de la kale borroka», tuvo que reconocer a preguntas de la defensa.

Tampoco llegó a nada, aunque era «una línea de investigación prometedora que luego no se sustentó», la hipótesis de que el bidón de Durana estuviera relacionado con sabotajes a Kutxabank en Abetxuko, Agurain e Igorre en 2014, en una época en la que se debatía la privatización de la caja de ahorros.

Ambos se reconocieron militantes o cercanos a la izquierda abertzale y declararon que comparten la estrategia de uso exclusivo de las vías pacíficas. Zelaia relató que tenía 17 años cuando ETA decidió dejar las armas en 2011.

Barbado explicó que la lista de trece matrículas que se le incautó correspondía a vehículos que le perseguían, lo que confirmó su compañero de piso. Tras denunciar en el Juzgado el acoso que sufría se confirmó que las placas pertenecían a coches de distintos cuerpos policiales.