Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Caminho Longe»

El desterrado de las islas

La alusión a una adaptación cinematográfica de aquella novela de Joseph Conrad viene dada por el hecho de que las islas han servido siempre para el destierro y, aunque desde la época romántica sean vistas como un paraíso lejos del mundanal ruido, la que prima sobre cualquier otra realidad es la del aislamiento. Si a la distancia física le añadimos el pasado colonial, el esclavismo y las enfermedades tropicales, se entiende por qué la metrópolis enviaba a sus deportados a sitios así. Lamentablemente, esa horrenda tradición, que en lo tocante a Sao Tomé e Príncipe arrancaba en el siglo XV con la expulsión de los judíos sefardíes, llega hasta nuestros días, tal como lo testifica “Caminho Longe” (2020), documental centrado en los últimos días en el país isleño del Golfo de Guinea para el represaliado vasco Alfontso Etxegarai, tras una permanencia forzosa de 33 interminables años.

El nuevo trabajo del bilbotarra Josu Martínez y del donostiarra Txaber Larreategi supone una cita ineludible con el material que ya habían grabado para su anterior “Sagarren denbora” (2010), sobre la vida en el exilio, y donde ya se manifestaba el sueño de la vuelta a casa como motor existencial, utilizando los manzanos de Zuberoa a modo de metáfora de la patria en la distancia, de la Itaca en su concepción más clásica. Pero por más tiempo que transcurra, nadie está del todo preparado para experimentar un momento tan climático, en el que resulta imposible resumir la historia, los días de la clandestinidad, los viejos y gastados ideales políticos, la tortura que no cesa, o las horas de soledad, tan solo a veces compartida.

Ante este “topo” salido de su zulo en pleno siglo XXI se abre el abismo de un futuro incierto, que le obliga a recomenzar desde cero junto a su compañera Kristiane Etxaluz, en una tierra que ya no es la misma que dejó atrás y se pierde en la memoria, por lo que quizás tenga que seguir soñando con la libertad.