Mikel INSAUSTI
MI NIÑA

No es fácil ser una madre moderna

La popularidad de Lisa Azuelos ha atravesado fronteras, gracias a que hizo el remake para Hollywood de su famosa comedia adolescente “Lol” (2008), sustituyendo a las originales Sophie Marceau y Christa Theret por Demi Moore y Miley Cyrus. Pero su renombre dentro de la cultura francófona ya le viene de familia, porque es hija de la gran cantautora Marie Laforêt, fallecida recientemente. Y ahora incorpora a la saga familiar, en “Mon bebé” (2019), a su hija Thaïs Alessandrin, nacida del matrimonio con el también cineasta Patrick Alessandrin, del que se separó en el 2002.

A medida que pasa el tiempo, ya que lo último que rodó fue un biopic sobre la cantante de origen egipcio Dalida, Lisa Azuelos va dando un enfoque más maduro a su mirada sobre la adolescencia, dando cada vez mayor relevancia a la mirada maternal, que en su último largometraje adquiere ya el protagonismo. Como alter ego ha hecho una muy buena elección con la actriz Sandrine Kiberlain, quien representa en la ficción a la mujer moderna e independiente, que aún así se sigue viendo condicionada por la maternidad. La identificación con la propia directora en el guion queda todavía más de manifiesto cuando Lisa Azuelos ha escogido a su hija para el papel de la pequeña de la familia.

Mamá Héloise no ha tenido problemas con el natural proceso de emancipación de su otra hija Lola y de su hijo Théo, pero con la menor se le viene el mundo encima, y no por una cuestión de soledad. Ella se maneja en Tinder, tiene citas, un trabajo independiente con su negocio de hostelería, y una vida social con muchas amistades. Es el paso del tiempo el que le mina la moral, recordando las fotos y vídeos en compañía de su hijita. Como si quisiera retener el instante, se lanza a una obsesiva persecución a Jade con su dispositivo móvil en mano para hacer selfies antes de que abandone el hogar.