Imanol INTZIARTE
ERRENTERIA
Elkarrizketa
PEIO LEIñENA
DIRECTOR DE ERESBIL

«Para los intérpretes, profesionales y amateurs, está siendo duro»

Peio Leiñena lleva desde julio pasado al frente de Eresbil, el Archivo Vasco de la Música, entidad que cada año organiza además Musikaste, una semana de conciertos centrada en compositores de Euskal Herria. Después de siete meses llevando la batuta que recibió de manos de Jon Bagues, analiza para GARA un arranque de mandato condicionado por la pandemia.

Como toda cueva del tesoro que se precie, Eresbil cuenta con una entrada discreta, fácil de pasar por alto incluso para quien la busca. A punto de cumplir medio siglo de vida, el Archivo Vasco de la Música, ubicado en Errenteria, tiene nuevo director desde el pasado mes de julio.

Peio Leiñena conoce cada rincón, y con un entusiasmo que se le cae de los bolsillos no duda en mostrárselos al visitante. Libros, revistas, miles de partituras, discos de cerámica y vinilo, casettes, cedés y hasta una pianola junto a la cual uno cierra los ojos y se transporta al lejano oeste. O un arpa celta con aroma a Guinnes que fue propiedad de Nicanor Zabaleta.

Lleva cerca de tres décadas trabajando en esta fundación que nació vinculada a la puesta en marcha de Musikaste, la semana dedicada a la difusión de obras de compositores vascos, y le ha tocado arrancar su mandato en medio de una pandemia. Casi nada.

En julio tomó el cargo en sustitución de Jon Bagues. ¿Cómo se encuentra llevando la batuta?

Bien, yo siempre había estado cerca de Jon. Lo que pasa es que en estos momentos es una batuta complicada, al estar en unas circunstancias tan cambiantes.

Tras casi tres décadas en la casa, pocas sorpresas se habrá encontrado en estos meses.

Conozco la dinámica, aunque también cuando uno entra tiene una planificación que quiere llevar a cabo. Es verdad que se trata de continuar el trabajo de Jon, pero nuestro mundo ha cambiado mucho, la digitalización de archivos y bibliotecas es uno de los aspectos que ya estábamos abordando y que vamos a continuar, pero quizás en esta pandemia se han acelerado una serie de procesos que ahora hay cierta premura por plantear.

¿Qué nuevos proyectos se han comenzado a implementar o se van a poner en marcha próximamente?

Tenemos una página web que ha envejecido bien (www.eresbil.eus), pero la informática avanza de una manera continua y tenemos intención de darle un lavado de cara, sobre todo para que pueda funcionar mejor en los distintos dispositivos en los que la gente lee ahora. Hay que cambiar, intentábamos poner demasiado contenido en las primeras pantallas, ahora quizás hay que poner más imagen, más sonido.

Nuestra idea es ir poco a poco implementando las grabaciones y el material que tenemos acumulado de los últimos años de Musikaste, que son obras a veces bastante desconocidas y que nosotros hemos estrenado y grabado. Y subirlas también a canales más abiertos como Youtube. En el último Musikaste, obligados también por las circunstancias, hicimos algunas grabaciones en vídeo, ahí está el tema del streaming…

Con la pandemia las plataformas on-line, las interacciones, se han disparado, y parece que han venido para quedarse.

Estábamos ya colaborando con Liburuklik, la plataforma del Gobierno Vasco, y ahora vamos a seguir colaborando en Euskariana, cuyos contenidos irán a Europeana. Son plataformas de alojamiento de contenidos digitales. Que de la referencia puedas saltar al objeto. En esa frontera estamos, y es la adecuada, porque antes de encontrar algo tienes que saber qué quieres encontrar: un autor, un título…

¿Se ha notado la pandemia a la hora de las consultas? ¿Más, menos?

Ha habido un bajón presencial, aunque no significativo. Nuestros usuarios suelen ser investigadores e intérpretes. Pero hemos incrementado las consultas on-line. Con la obligatoriedad de estar en casa, la gente ha abordado una serie de trabajos que antes igual tenía aparcados. Nosotros no hemos parado de trabajar, en parte hicimos teletrabajo cuando nos tocó, pero no somos muchos y podemos mantener las distancias.

En cuanto a los intérpretes, tanto para el profesional como para el amateur está siendo realmente duro. Uno de los puntos positivos de Musikaste es que hemos podido mantener la actividad y contratar intérpretes, aunque ya sé que son pocos conciertos. Hay que valorar el trabajo de las instituciones para tirar del carro en la medida de lo posible.

En vez de celebrarla en mayo la tuvimos que celebrar en octubre. Este año vamos a por la edición 49, y eso nos da la ventaja de la experiencia, y además siempre hemos contado con grupos de cámara con intérpretes de aquí, lo cual facilitaba llevar adelante la actividad.

Sí es verdad que el último día, el concierto sinfónico-coral lo tuvimos que anular, era imposible. Por lo demás no ocurrió nada, todo fue bien, muy fluido, cuidamos mucho los espacios, las medidas higiénicas.

¿Este año se recupera mayo como mes para Musikaste?

Vuelve a ser en octubre. No vemos que las condiciones estén siendo favorables.

¿Hay ya programa?

Sí, el programa poco a poco ya va cerrándose. Aunque siempre tenemos que trabajar con la posibilidad de que haya cambios. Pero vamos a mantener un poco el esquema ya conocido. Música de cámara, día coral, música contemporánea, me gustaría incluir algo de danza. Estamos hablando con los intérpretes y poco a poco perfilando.

¿Todo en el centro cultural Niessen?

Hacemos en Niessen, en la iglesia de Fátima y a veces en la basílica de La Magdalena. Nuestro sueño es ver Lekuona en funcionamiento. Estamos viviendo un momento bastante incierto en el ámbito cultural. Creo que la cultura es segura, pero tampoco es sencillo que se puedan mantener las actividades con los ratios de asistencia que se están dando.