Aritz INTXUSTA
derecho a morir con dignidad

El Congreso aprueba la Ley Orgánica que convierte a la eutanasia en derecho

El Estado español se convierte en el sexto país que reconoce el derecho la eutanasia. El quinto fue Portugal, que aprobó la ley democráticamente en enero, pero un recurso de la derecha provocó que el Constitucional luso acabara anulando la decisión. La ultraderecha española también acudirá a los tribunales para que la nueva ley jamás se aplique.

«Si me veo en una situación agónica, nadie me hará sufrir. Yo me sé hacer el tratamiento y, si no, tengo amigos que me van a ayudar. Tú, periodista, no los conoces. Búscatelos. Son situaciones de privilegio. Esto significa que no somos ciudadanos ante la muerte en equilibrio de igualdad». Son palabras del doctor Luis Montes, el anestesista que lideró la lucha por el derecho a morir dignamente en el Estado español, a este periódico hace exactamente diez años. Montes falleció en 2018, pero su consejo de buscar a alguien que te ayude a no sufrir si algún día no aguantas más dolor seguía siendo igual de válido prácticamente hasta ayer. El Congreso español, por amplísima mayoría, reconoció la eutanasia como un derecho y, sobre esa base, ahora sí se puede hablar de igualdad ante la muerte, pues dejar de sufrir no dependerá de favores clandestinos.

Fue día, el de ayer, de muchas emociones dentro y fuera del Congreso. A fin de cuentas, quienes empujaron hasta el final a los políticos para que dieran el paso definitivo fueron familias (parejas, hijos, hermanos, madres...) de personas condenadas a vivir sufriendo y que ayer acudieron a las puertas del hemiciclo. Su presencia y su ejemplo motivó discursos solemnes y emotivos, acordes a la importancia que reviste la ley, entre los partidos que refrendaron este derecho (que fueron todos los del arco parlamentario salvo PP, Vox y UPN). En contraposición, conservadores y ultraderechistas apostaron por intervenciones abstractas de corte filosófico, en las que se emplearon argumentaciones de tono catastrofista con cierto punto circense y, desde luego, poco empáticas. La acción más llamativa la protagonizaron varios parlamentarios de Vox que buscaron la foto de los periódicos y redes sociales levantando las pantallas de tablets y móviles donde se leía: «La derogaremos».

En el exterior, coincidiendo con activistas defensores de la ley, grupos fundamentalistas católicos aparecieron con pancartas –e incluso disfrazados de muerte con guadaña– para tratar de boicotear una jornada histórica para el reconocimiento de los derechos del individuo, sin tutelas religiosas.

La soledad de los reaccionarios

La mayoría parlamentaria en favor del derecho a una eutanasia regulada fue incontestable (202 frente a 141). No hubo apenas abstenciones (2), lo que siempre es señal de que el debate está muy polarizado. No puede entenderse la decisión de Ciudadanos de sumarse a la mayoría favorable como una derivada de la crisis que los naranjas se han buscado en Murcia, sino que su posición favorable viene de atrás y fue ideológica. Se trataba de una ley y una lucha lo suficientemente importante y larga como para no quedar al albur de tacticismos puntuales.

El refrendo del derecho a la muerte digna mediante Ley Orgánica –además de culminar décadas de lucha– tuvo una tramitación final un tanto tortuosa, dado que su aprobación se vio interrumpida por los sucesivos adelantos electorales de 2019.

Fue el cámara de televisión jubilado Ángel Hernández, que ayudó a morir a su mujer en abril del citado año asumiendo las consecuencias y grabándolo en vídeo, el que puso la ley en la agenda del Congreso de forma definitiva. La de Hernández (que llegó a ser acusado por violencia de género) fue la última aportación individual dentro de una trayectoria de lucha con muchos nombres destacados, como el de Ramón Sampedro, el propio doctor Montes y, en Euskal Herria, Maribel Tellaetxe.

El Estado español debería pasar en cuestión de semanas a engrosar una lista sorprendentemente corta de países donde el derecho a la muerte ya está reconocido. Se trata de Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, cinco Estados de EEUU (Oregón, Washington, Montana, Vermont y California) y una región de Australia (Victoria). Nueva Zelanda será el siguiente país en sumarse caso de que así se decida en referéndum (de suceder así, sería el primer país que saca adelante la norma con una consulta directa a la ciudadanía).

La consecución de este derecho debería ser un mero trámite y consolidarse con la publicación dentro de tres meses en el BOE del texto aprobado ayer (donde se han validado los últimos retoques a la ley añadidos durante su tramitación en el Senado). Sin embargo, la decisión de Vox de llevar la norma ante el Constitucional abre la posibilidad de que el estamento judicial (que sigue controlado por los conservadores) invalide esta decisión adoptada democráticamente agarrándose a cualquier tecnicismo. Esto es lo que ha ocurrido en Portugal, que reconoció el derecho a la eutanasia en enero y, debido a un recurso, el Constitucional luso lo acabó negando de nuevo.

Intervenciones

En el debate final sobre la norma intervinieron tres parlamentarios de Euskal Herria, dos de ellos defendieron la ley (los representantes de PNV y EH Bildu) y un tercero se manifestó en contra (el portavoz de UPN).

El jeltzale Joseba Andoni Agirretxea incidió en que lo que se reguló ayer es «el reconocimiento de un derecho» para el que se deben ofrecer «todas las garantías». Apuntaló su discurso con la afirmación de que «no hay nada peor que no poder vivir y no poder morir».

Por el Grupo de EH Bildu tomó la palabra Iñaki Ruiz de Pinedo, que se quiso acordar de todas las familias «a las que se ha hecho sufrir inútilmente» y para las que esta ley llega demasiado tarde. Ruiz de Pinedo se comprometió a tomar el testigo de las lucha de esas familias y desarrollar pronto la ley para que pueda tener efectos prácticos. «De eso se trata, de que las personas podamos elegir cómo tiene que ser el final de nuestras vidas», resumió.

El parlamentario alavés recordó, asimismo, que en Euskal Herria ya se habían desarrollado iniciativas parlamentarias en aras a que este derecho se reconociera, pero que se habían topado con la barrera de la legislación estatal. En particular, Ruiz de Pinedo citó a la ley navarra que, al no poder llegar más lejos, impelía al Congreso a afrontar cuanto antes el debate que culminó ayer.

Carlos García Adanero, por UPN, rivalizó con Vox gracias a una de las intervenciones más chuscas contra la aprobación de la norma. «Esto es como el suicida que está en el alero. Se le puede mandar la Policía y los sicólogos o empujarlo. Ustedes lo van a empujar», manifestó.

García Adanero se agarró también al derecho de los facultativos a la objeción de conciencia. Esta estrategia sirvió a su partido en Nafarroa para negar el derecho al aborto en la red pública, veto que no se levantó hasta la llegada del Gobierno de Uxue Barkos.

El derecho a la eutanasia no será reconocido de forma automática, sino que estará sujeto a una serie de controles y verificaciones de que la voluntad de morir es real y definitiva.

«Sufritzen ari direnei lasaitasun handia ekarriko die legeak»

36 urteko borroka luzeak mugarri garrantzitsua izan zuen atzo. Ez dira gutxi bizitza duinerako bakarrik ez, heriotza duinerako eskubidea ere aldarrikatu izan dutenak, eta aldarri horrek fruituak eman ditu. Julen Goñi Heriotza Duinaren Aldeko Elkarteko kideak Eutanasiaren Legearen onarpena «poz handiz» hartu duela adierazi zuen atzo NAIZ Irratian eskainitako elkarrizketa batean. Lege berriak haien eskakizun guztiak ase ez arren, «urrats eta aurrerapauso handia» dela onartu zuen.

«Sufritzen ari diren pertsonei eta haien familiei lasaitasun handia ekarriko die lege honek. Eutanasia gauzatzeko aukera posible duzula jakiteak asko laguntzen dio oso gaixo dagoen jendeari, nahiz eta gero aukera hori erabili ez. Eutanasia jadanik legeztatuta dagoen beste herrialdeetako esperientziek hori esaten dute, jendeak lasaitasuna hartzen duela aukera edo babes hori atzean izanik», nabarmendu zuen Goñik.

Hala ere, atzo espainiar Kongresuan onartutako legeak eutanasia praktikara eramateko unean «berme gehiegi» eskatzen dituela uste du Goñik, «beharbada Auzitegi Konstituzionalak legea atzera ez botatzeko». «Legeak baldintza zorrotzegiak eta epe luzeegiak aurreikusten ditu. Hein handi batean, gaixoak ume bezala tratatzen ditu, badirudi ez dela haietaz fio. Baldintza asko jartzen ditu», gaineratu zuen.

Hori dela eta, eutanasia praktikara eramateko «oztopoak» izango direla bidean adierazi zuen Goñik. Esaterako, gaixoaren eskaera osasun arloko profesionalez osatutako batzorde batetik igaro beharko da. «Prozesu luzea da, lehenik mediku batek hartu behar du ardura, eta, mediku horrek eutanasia ontzat jotzen badu, gaixoak beste mediku batekin kontaktuan jarri beharko du eutanasia berriro ere ontzat emateko. Gero aipatutako batzordeak bi partaide izendatu beharko ditu prozesua ondo egin dela kontrolatzeko... Argi dago filtro gehiegi daudela prozesuaren hasieratik bukaeraraino», azaldu zuen Heriotza Duinaren Aldeko Elkarteko kideak. Dena den, horrenbeste urte zain egon ostean, eta «ezerezetik hasi ostean», atzokoa «aurrerapauso itzela» dela aitortu zuen.

Goñik 36 urteko borroka luzean parte hartu duen jende guztia gogoratu nahi izan zuen. «Hamarkada hauetan bidean geratu diren guztiak eta hainbeste borrokatu duten familiak gogoan ditugu». Besteak beste, Ramon Sampedro, Andres Montes elkarteko presidente ohia edo Maribel Tellaetxeren familia ekarri zituen gogora.GARA