Martxelo DÍAZ
NUEVO PROYECTO EN ALBAOLA

«LAGUNA», UN SÁNDALO VENECIANO EN ALBAOLA

«Laguna» es algo parecido a un lago en italiano y en véneto. Y es amigo en euskara. Y también el nombre escogido para el sándolo, el nuevo barco que están construyendo en Albaola. El centro ha anunciado que, pese a los obstáculos, reabrirá en Semana Santa.

Tal día como ayer pero hace 1.600 años se fundó la ciudad de Venecia. Precisamente ayer fue el día escogido por Albaola para presentar su nuevo proyecto. Se trata de un sándolo, un barco tradicional veneciano. El que se está construyendo en Pasaia es del tipo s-ciopon y se dedicaba preferentemente a pescar patos en la laguna sobre la que se asienta Venecia.

Saúl Hoffmann es de Pavía, aunque ha vivido muchos años en Venecia. Es uno de los aprendices que se forman en Aprendiztegi, la escuela internacional de carpintería de ribera que alberga Albaola. Explicó que el sándolo se trata de un barco especialmente diseñado para navegar en aguas poco profundas. Por ello, no tiene quilla. Está pensado para que pueda ser dirigido por dos personas, a la valesana, aunque una sola persona puede ser suficiente para manejarlo. Para ello, se utilizan dos remos colocados en su correspondiente fórcola o tolete y los encargados de hacer que el barco navegue deben estar de pie, en una postura que nos recuerda a la icónica góndola. Se está de pie para ver los posibles obstáculos y tener bajo control el nivel del agua.

Junto a Saul Hoffmann, Ioanna Moutousidi, otra alumna de Aprendiztegi, originaria de la ciudad griega de Chalkida (que estuvo bajo dominio veneciano desde 1204 hasta 1470, cuando adoptó el nombre de Negroponte) mostraron la manera en la que se navega con el sándolo.

 

Un barco para cazar

Aunque el modelo de sándolo que se está construyendo en Albaola es el s-ciopon, el destinado a la caza de patos en la laguna, Hoffmann explicó que en realidad el barco se utilizaba para los usos cotidianos de los venecianos. Además de para cazar, se empleaba para ir al mercado, visitar las playas o transportar mercancías por la ciudad. Era el barco de los pobres frente a la opulenta góndola de los poderosos, que contaban incluso de gondoleros, los chóferes venecianos. Una furgoneta a la veneciana.

Por ello, los remos se pueden sacar de la fórcola para permitir la maniobrabilidad y evitar que el sándolo quedara encallado en las inundadas y estrechas calles venecianas o en algún recodo de la laguna. El nombre de s-ciopon hace referencia al fusil de tres metros que se empleaba para cazar los patos. Algunas formas de sándolo han sobrevivido hasta la actualidad, pero ahora van acompañados de motores que incluso han reemplazado a los remos.

Fórcolas, todo un arte

La elaboración de las fórcolas es todo un arte en Venecia. Suelen ser de nogal, peral o cerezo, aunque cualquier madera dura y densa puede valer. Actualmente están hechas por artesanos que reciben el nombre de «reméri», ya que también se dedican a fabricar remos. Pueden estar muy elaboradas y llegar a parecer esculturas, aunque las de los barcos dedicados al trabajo eran, evidentemente, más sencillas.

El sándolo que se está construyendo en Pasaia tiene un nombre que une simbólicamente Venecia con Euskal Herria. Se denominará “Laguna”, que en véneto y en italiano hace referencia al ecosistema sobre el que se asienta Venecia y que, al igual que la propia ciudad, ha sido reconocido por la Unesco como patrimonio de la Humanidad. En euskara, el término hace referencia a la amistad. Con este término se ha querido visualizar la unión entre las dos culturas, la veneciana y la vasca.

El barco tiene seis metros de eslora y para su construcción se ha empleado fundamentalmente el alerce, un tipo de pino similar al abeto. Para las cuadernas, el esqueleto del barco, se ha escogido el roble. La mayoría de los barcos que se construyen actualmente en Venecia no son de madera, sino de fibra de vidrio. En Albaola han mantenido los materiales tradicionales. Los barcos que se siguen construyendo con madera en Venecia, como los de los clubs de remo o los destinados a las regatas organizadas por el Ayuntamiento, tienen casi siempre el forro de contrachapado. El que se construye en Albaola, en cambio, tiene el forro de tablas y los responsables del centro destacan que es mucho más sostenible porque no se emplean pegamentos químicos o resinas. Además, permite aprender a calafatear, a cerrar el espacio entre las tablas con estopa o algodón. Esta técnica es un arte en sí misma.

Las fórcolas son de haya, igual que los remos. Para estos últimos se ha empleado la misma madera que se utiliza en Euskal Herria. Para poderse garantizar el suministro del haya, Venecia tenía bajo su control bosques en los Alpes dedicados en exclusiva a la producción de esta madera. Hoy en día se usan también el pino y otras maderas exóticas, aunque el haya se mantiene en los lados de la pala como protección contra los golpes. En los estrechos canales venecianos es muy fácil golpear con el remo contra una pared de ladrillos o piedra, o contra barcos amarrados en el otro lado del canal.

Hoffmann está a punto de culminar su formación de tres años en Albaola. Lo hará en setiembre. Quiere volver a Venecia para sacar el título de «maestro d’ascia» y continuar con una tradición marítima milenaria. Ayer se mostraba ilusionado porque, pese al retorno a su tierra de origen, en Pasaia quedará un legado de su paso por Albaola en forma de sándolo veneciano que pueda ser visitado por quienes acudan al centro museístico.

Moutousidi también está a punto de culminar su formación en Albaola y sus planes son también regresar a Grecia y construir su propio barco para navegar en él.

Xabier Agote, presidente de Albaola, subrayó la importancia de la recuperación del oficio de carpintería de ribera para que no se pierda el patrimonio material e inmaterial de nuestra cultura y de muchas otras. Recalcó también el intercambio de conocimiento y de pasión de los aprendices que dan un valor añadido a la propia escuela, a la que asisten un centenar de alumnos originarios de distintos países.

Junto a ello, destacó que el sándolo puede ser un atractivo para atraer visitantes de cara al Festival Marítimo que se organizará próximamente.

Xabier Alberdi, director de Euskal Itsas Museoa y del departamento de investigación de Albaola, subrayó la importancia de Venecia en la historia marítima europea. Fue la heredera de la tradición de navegación de fenicios y griegos que, a su vez, adoptaron los romanos. Tras la caída de Roma, el comercio veneciano supuso un puente entre Oriente y Occidente en el Mediterráneo y un referente de las grandes repúblicas marítimas junto a Génova, Amalfi o Pisa, que lograron levantar imperios comerciales.

Dominio veneciano del Mediterráneo

Alberdi destacó que Venecia se convirtió en un modelo a imitar y que influyeron incluso en los fueros vascos. De este modo, Gipuzkoa se constituyó como Unión de Repúblicas Independientes, especialmente por el impulso de las localidades costeras, que lograron libertades de relación y de comercio. Este fenómeno se repitió en los siglos XI y XII en todas las cortes europeas, lo que provocó un renacimiento del comercio naval.

Venecia consiguió hacerse con el control del comercio en el Mediterráneo oriental, mientras que su principal rival, Génova, dominaba el sector occidental del mar. Un resultado hasta cierto punto lógico teniendo en cuenta la ubicación de las dos ciudades en dos puntos que circundan la península itálica. La relación de los marinos vascos era más intensa con los genoveses, que tenían bases comerciales en Cádiz y Sevilla, en el punto estratégico que hacía de bisagra entre el mundo atlántico y el mediterráneo.

Sin embargo, pese a tener una mayor relación con Génova, también existió con Venecia. Alberdi recordó que Ignacio de Loiola viajó hasta la Serenísima República y que pertenecía a una familia estrechamente vinculada a la mar, ya que dos o tres de sus hermanos fueron marinos.

 

Apertura en Semana Santa pese al problema de accesos

Los últimos tiempos han sido complicados para Albaola. A la difícil situación que ha provocado la pandemia de manera generalizada, han tenido que añadir los problemas de acceso provocados por un deslizamiento de tierras que impide llegar a pie desde San Pedro. En breve, comenzarán unas obras impulsadas por el Ayuntamiento de Pasaia, pese a que no se trata de su competencia debido a las características del terreno.

Pese a ello, Albaola reabrirá sus puertas en Semana Santa, del día 1 al 4, y también los sábados de abril solo por las mañanas. Para poder llegar al centro es necesario hacerlo en barco. El trayecto comenzará en Trintxerpe y tras recorrer parte de la bahía de Pasaia se llegará a Albaola.

Para acudir a visitar el centro es necesario hacer una reserva llamando por teléfono a Albaola (943 39 24 26). Es un trámite necesario, según explican, para poder organizar la afluencia de visitantes y mantener los requisitos sanitarios para poder hacer frente a la pandemia del coronavirus.M.D.