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Termina la fase testifical del juicio del «caso Floyd» con la negativa de Chauvin a declarar

El expolicía blanco Derek Chauvin se negó ayer a declarar en el juicio en su contra por la muerte del afroamericano George Floyd, que provocó las mayores protestas contra el racismo y la brutalidad policial en EEUU desde hace más de medio siglo. Una vez concluidos los testimonios, la vista oral pasó a su fase final con los alegatos de cierre previstos para el lunes.

Chauvin se acogió a la Quinta Enmienda de la Constitución estadounidense que concede a cualquier ciudadano el derecho a no testificar si sus palabras pueden ser usadas para perjudicarle, es decir, para autoincriminarse de un delito. Fue la primera vez que el exagente hablaba durante el juicio, que comenzó el 29 de marzo en Minneapolis.

El expolicía, que fue despedido por la muerte de Floyd, está acusado de «asesinato en segundo grado», penado con hasta 40 años de cárcel; «asesinato en tercer grado», con una condena máxima de 25 años, y «homicidio en segundo grado», que acarrea hasta 10 años de privación de libertad. Pero al no tener antecedentes penales, solo podría ser condenado a un máximo de 12 años y medio de prisión por los primeros dos cargos y a 4 años de cárcel por el tercero.

Floyd murió el 25 de mayo de 2020 cuando, durante su arresto, Chauvin lo inmovilizó en el suelo presionando la rodilla contra su cuello durante nueve minutos hasta que dejó de respirar.

Expertos en medicina citados por la Fiscalía han afirmado que la muerte de Floyd se debió a los «bajos niveles de oxígeno» por la compresión en el cuello y no debido a las drogas ni a condiciones de salud, tal y como alega la defensa de Chauvin. Varios policías testificaron también que hubo un uso excesivo de la fuerza.

La jornada judicial de ayer se celebró después de que, por cuarta noche consecutiva, centenares de personas se manifestaran frente a la comisaria de Brooklyn Center, cerca de Minneapolis, para protestar por la muerte a manos de una policía blanca del joven afroamericano Daunte Wright, de 20 años.

La agente, identificada como Kimberly Potter y que ha sido despedida, fue detenida el miércoles e imputada por un delito de homicidio involuntario.