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LA HABANA

Díaz-Canel se apoyará en el consejo de Raúl Castro al frente del PCC

Miguel Díaz-Canel tomó el relevo al frente del Partido Comunista de Cuba, subrayando que seguirá consultando con su predecesor, Raúl Castro, las decisiones estratégicas sobre el futuro del país, donde la lucha contra la pandemia se suma al proceso de readaptación económica lastrado por décadas de bloqueo y que Castro llamó a acelerar.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, anunció ayer que seguirá consultando con Raúl Castro las «decisiones estratégicas del futuro de la nación», después de reemplazarlo como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), una declaración de intenciones similar a la que hizo al tomar su relevo en la Presidencia del país.

«La Generación del Centenario, fundadora y guía del Partido, traspasa responsabilidades», señaló Díaz-Canel en la sesión de clausura del VIII Congreso del PCC, en la misma fecha en que se conmemoraba la «victoria de playa Girón», la derrota de la invasión organizada y financiada por la CIA.

Castro, por su parte, aseguró que seguirá estando listo para «defender a la patria, la Revolución y el socialismo» y presentó un informe en el que destacó que la elección de Díaz-Canel es fruto de «una pensada selección de un joven revolucionario con condiciones», y recordó su trayectoria desde los cargos en el partido en las provincias de Villa Clara y Holguín, a los más altos en el Gobierno, «que simultaneó con la atención del frente ideológico en el Partido».

El relevo se da en medio de una profunda crisis económica por la pandemia del coronavirus y el reforzamiento del embargo que mantiene EEUU contra el país desde hace 60 años, situación a la que deberán hacer frente los nuevos líderes, a la vez que al reto del combate ideológico en Internet, donde las redes sociales han multiplicado mensajes críticos gracias a la llegada del Internet móvil en 2018.

Al respecto, el ya ex primer secretario del PC indicó que «la mentira, la manipulación y la propagación de noticias falsas ya no conocen límite alguno». Se trata de «la contrarrevolución interna, que carece de base social, liderazgo y capacidad movilizativa», añadió. El jefe del Departamento Ideológico del Partido, Víctor Gaute, explicó que hay que «librar esa lucha con efectividad» e «iniciativa» y «estar a la ofensiva», aunque el poeta y ensayista Miguel Barnet, que participó en la comisión de asuntos ideológicos, minimizó la relevancia de la contestación en Internet: «Que no se confunda el enemigo, que no se confundan las redes sociales (...). Aquí la Revolución no está en las redes sociales, está en las calles».

Otro reto de la nueva dirección será el impulso de las reformas que el propio Castro demandó acelerar ante la crisis del país, pero advirtiendo de que «hay límites que no podemos rebasar porque llevaría a la destrucción del socialismo». Estas reformas impulsaron la apertura a la iniciativa privada al «cuentapropismo» o «sector no-estatal», con lo que se abrieron numerosos restaurantes, tiendas de artesanías, agencias de viaje, casas de alquiler y otros que cambiaron la geografía de muchas ciudades.

Más complicado será continuar el deshielo de las relaciones con EEUU que solo duró hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, con nuevas sanciones y el cierre de la Embajada, y que la Administración Biden no tiene intención de revertir, pese a que Castro ratificó la voluntad de fomentar el diálogo respetuoso con Washington, pero «sin concesiones a su soberanía e independencia».