Iker BIZKARGUENAGA

La mejora en los grupos de mayor edad tira hacia abajo de la incidencia general

La situación epidemiológica en Hego Euskal Herria se mantiene en los últimos días en una estabilidad precaria, con Araba y, sobre todo, Nafarroa, encadenando varias jornadas consecutivas de mejora en sus cifras de incidencia, mientras Bizkaia y Gipuzkoa siguen con su tendencia al alza, aunque de forma menos intensa que en semanas anteriores.

De esta forma, el lunes la incidencia acumulada del conjunto de los cuatro herrialdes fue de 501,08 casos por cien mil habitantes, prácticamente la misma que el domingo, de 500,73 casos.

Sin embargo, en esa situación de frágil equilibrio hay un dato positivo, como es la buena evolución que está manteniendo el grupo que conforman las personas de mayor edad, cuyas cifras de afección están yendo a mejor desde hace días, empujando hacia abajo los datos generales.

En este sentido, en la CAV, la incidencia acumulada de las personas mayores de 80 años empezó a bajar el viernes de la semana pasada, tras haber tocado techo con 303,82 casos por cien mil habitantes. Ha seguido cayendo durante los últimos días, y en el boletín de ayer estaba en 283,99 casos. Además, la franja de edad entre los 65 y los 79 años ha seguido su mismo camino, y en las últimas 24 horas ha pasado de 402,05 a 397,91.

Durante esta última ola, la afección del virus en estos dos colectivos, sobre todo en el de los mayores de 80 años, ha sido bastante inferior al de otras ocasiones y mucho menor al del resto de grupos de edad, a causa del impacto de la vacunas. Y por lo que apuntan los datos, también han provocado que empiecen a doblegar la curva antes.

Algo parecido indican los informes epidemiológicos del Gobierno de Iruñea, donde la cifra de contagios entre las personas de mayor edad son muy inferiores a las del resto. Así, de los 130 nuevos contagios que se detectaron el lunes solo cuatro correspondieron a personas mayores de 75 años –en el boletín se indica que fueron el 3% del total–, diez veces menos que la cantidad detectada en la franja más afectada, la de 45-59 años.

Es, además, una tendencia que se mantiene en el tiempo –por ejemplo, solo el 2% de los 128 casos detectados el domingo correspondía a ese grupo de edad, y un 3% de los 143 del sábado– y muestra que la afección del covid-19 entre las personas mayores empieza a ser muy pequeña.

La presión asistencial no afloja

Esta creciente inmunización de la población de mayor edad ha limitado en cierta manera el aumento de los datos de incidencia en esta oleada, que, siendo muy alta, habría sido mayor sin la campaña de vacunación.

Pese a ello, la presión en los hospitales no solo no ha sido menor que en anteriores olas, sino que, al menos en la CAV, ha alcanzado cotas que no se habían repetido desde abril del año pasado. Y la presión no afloja.

En los centros de Osakidetza, el número de ingresos volvió a ser muy alto el lunes, 91, aunque disminuyó tanto la cifra de pacientes en planta –de 568 a 543– como en las UCI, que pasaron de 192 a 189. Y en Nafarroa, la mejora epidemiológica todavía no está teniendo un impacto claro en la situación hospitalaria, donde el número de pacientes creció respecto al balance anterior. Hay nueve hospitalizados más en planta, 149 en total, y dos más, 40, en cuidados intensivos.

En este sentido, la consejera de Salud de Lakua recordó ayer que los datos muestran que de cada cien positivos, once terminan hospitalizados y algo más de uno ingresa en las UCI, donde la «probabilidad de morir», según advirtió, es de un 15%.

Gotzone Sagardui admitió, asimismo, que «la presión en la hospitalización que empezó a finales de marzo se ha hecho más acusada en las últimas semanas, coincidiendo con la situación de contagio comunitario».

Un estudio sobre resistencia al virus busca donantes de O negativo

El Instituto Francés de la Sangre (IFS) ha iniciado un estudio destinado a analizar hasta qué punto los pacientes con el tipo sanguíneo O negativo desarrollan una mayor resistencia ante el covid-19 y ha llamado a los donantes con ese grupo a donar de manera excepcional en mayo.

En Ipar Euskal Herria, la prevalencia del citado grupo es del 15%, el doble que la media en el Estado, y a ellos se dirige esa campaña, por la que se les invita a acudir preferentemente a la casa del donante de Biarritz o al establecimiento de recogida de plasma más cercano a su domicilio.

La campaña busca, por un lado, contar con reservas suficientes para satisfacer la necesidades de los bancos de sangre, más solicitados cara a los meses de verano, pero al mismo tiempo analizar si, como apuntan algunos estudios de prevalencia genética, esos «donantes universales», cuyos glóbulos rojos son compatibles con cualquier receptor de una transfusión, desarrollan más resistencia ante el covid-19.

«No sabemos muy bien la razón, pero sabemos que hay una cierta diferencia en cuanto a resistencia en función del grupo sanguíneo», indicó ayer en FranceBleu Pays Basque Frédéric Bauduer, hematólogo y especialista en antropobiología adscrito al Hospital de Baiona, quien explicó que «las personas de grupo A o B dispondrían de menos anticuerpos, mientras que las del grupo universal que desarrollarían más defensas ante los microbios y también ante el covid-19».GARA