GARA
BILBO

Los coros de la CAV exigen poder cantar y el arte grita que es esencial en Ziburu

Los coros federados de Euskal Herria reivindicaron ayer en Donostia, Gasteiz, Bilbo y diversas localidades que «cantar es seguro si se respetan las medidas de seguridad». La protesta es el primer paso de la campaña “Kantuz bai, ixilik ez”, emprendida por los coros aficionados de la CAV para intentar salir del parón en el que se encuentran desde noviembre del pasado año. Este no fue el único acto de protesta del mundo de la cultura registrado ayer, ya que una manifestación recorrió de Donibane Lohizune a Ziburu en apoyo al movimiento “Théâtre occupé” con una exigencia: la apertura de los espacios culturales y sociales cerrados durante la pandemia.

En la CAV no están permitidos los ensayos ni las actuaciones de los coros no profesionales, entidades que mueven a miles de aficionados y son el motor de una importante vida cultural y social. Por contra, los profesionales o de élite –por ejemplo, el Orfeón Donostiarra– sí que han podido mantener su actividad durante la pandemia, como explicó ayer Esther Zarraga, de la junta directiva de la Federación de Coros de Bizkaia en el acto que tuvo lugar ante el Teatro Arriaga de Bilbo. En paralelo, tenían lugar también protestas en Donostia, Gasteiz y, a causa del cierre perimetral, en localidades como Durango. A su vez, habían sido convocados actos en Laudio o Markina-Xemein.

«Queremos y necesitamos cantar», apunta el manifiesto suscrito por los coros vascos. Muchos de ellos han cerrado sus puertas para siempre, los directores están sin trabajo y la solución, apuntan, no es «prohibir el canto coral por sistema». La solución pasa por la puesta en marcha de unos protocolos de seguridad, que los coros afirman que existen y se comprometen a respetar. Para ello, piden ayudas directas para acondicionar los espacios a las normativas actuales.

En Lapurdi, por su parte, el movimiento “Théâtre occupé” (teatro ocupado), en solidaridad con los artistas y trabajadores de la cultura que ocupan el teatro Michel-Portal de Baiona desde el 26 de marzo, también volvió a salir a la calle. Un buen número de manifestantes recorrió el trayecto entre Donibane Lohizune y Ziburu, para pedir el reinicio de la actividad cultural. El grito fue este: “Todos somos esenciales”.