Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Juntos, siempre juntos

La madrugada del 15 de mayo de 1975, J.M. Markiegi «Motriko», Iñaki Garay y Blanca Salegi, los tres militantes de ETA, fueron tiroteados por la Guardia Civil en el asalto a un piso franco en Gernika. En Gasteiz, saber que una de aquellas personas era «Motriko», el hermano menor de «Motri», conmocionó a una juventud que hacía tiempo había comprendido que la lucha por la independencia de Euskal Herria era también una lucha social y un compromiso que podía ir más allá de la teoría o de los sentimientos. La indignación corrió rápida en el boca a boca de la clandestinidad. «La Guardia Civil ha matado a Motriko», se repitió una y otra vez. El primer impulso de los que le conocieron fue subir a la Kutxi, buscar a su hermano y entregarle en un abrazo toda la solidaridad política y humana que, de haberse permitido, hubiera llenado las calles de Gasteiz. En pocas horas, el lugar donde fue enterrado se llenó de flores. Ramos y ramos que todavía hoy, al imaginarlos, emocionan y hablan por sí solos en la memoria colectiva.

Muy cerca, en otro panteón de El Salvador, enterraron cuatro años más tarde a Enrike Gómez «Korta», asesinado por el BVE en Baiona el 25 de junio de 1979. Estudiaron juntos en la escuela de Jesús Obrero de Gasteiz; juntos conocieron a sus primeras novias; juntos iniciaron su militancia en ETA y siempre juntos dieron la vida por lo que creían.