Amnistía Internacional (AI) denuncio el cierre de los Comités de Trabajo de Salud Palestinos (HWC), alertando de sus consecuencias para las necesidades sociosanitarias los palestinos y exhortó a rescindir «de inmediato» la orden de clausura y a poner fin al «hostigamiento» a los trabajadores sanitarios.

Precisó que el miércoles soldados israelíes asaltaron el centro de HWC en Ramallah, en la Cisjordania ocupada. «Derribaron la puerta, confiscaron ordenadores y unidades de memoria y emitieron una orden militar que obligaba a cerrar la oficina por seis meses», relató AI, que censuró que esta organización ha sido atacada en repetidas ocasiones.

Su sede central en Jerusalén fue cerrada en 2015 y la oficina clausurada ayer fue allanada en octubre de 2019, cuando su director financiero fue arrestado, y en marzo de 2021, cuando otros dos miembros fueron detenidos.

AI denunció que sus empleados han sido «objeto de hostigamiento y arresto» acusados por Israel de afiliación al FPLP. Precisamente bajo esa acusación, la de «pertenencia a una organización ilegal», sigue en prisión desde el 13 de abril la trabajadora humanitaria Juana Ruiz Sánchez, que vive en Palestina desde hace 35 años, a la que Israel ha aplicado la ley militar que aplica a palestinos de Cisjordania.

«Los Comités de Trabajo de Salud son uno de los principales proveedores de servicios de salud en los territorios palestinos ocupados, y administra hospitales y clínicas de salud que brindan atención médica a comunidades marginadas», explicó AI.

Su director adjunto para Oriente Medio y África del Norte, Saleh Higaziha, alertó de que el cierre de su sede «tendrá consecuencias importantes para la prestación de servicios de salud esenciales a miles de palestinos».

«El objetivo de la clausura es parte de un ataque más amplio de Israel contra las organizaciones de la sociedad civil palestina», sostuvo Higaziha, quien recordó que HWC ha estado en la vanguardia de la lucha contra el covid en los territorios ocupados.

Tres palestinos muertos

Por otro lado, tras casi dos semanas de relativa calma, el Ejército israelí mató el miércoles a tres palestinos, dos de ellos oficiales de Inteligencia, en el transcurso de un operativo israelí para detener a supuestos miembros de la Yihad Islámica en Yenín.

Los muertos fueron identificados por la agencia palestina Wafa como Adham Eleiwi, Tayser Ayasa y Jamel al-Amori, este último uno de los objetivos de la redada en la que los israelíes actuaron vestidos de civil y en un vehículo sin distintivos, lo que, al parecer, confundió a los miembros de los servicios de Inteligencia palestinos, con los que los sionistas suelen coordinar estas operaciones, que decidieron intervenir.

La confusión provocó un tiroteo en el que murieron los dos oficiales palestinos, según Wafa.