Raimundo Fitero
DE REOJO

Autoría

Desde que la política es espectáculo existen unas personas invisibles, anónimas, secretas a veces, que son los que escriben los discursos, parte de ellos, aportan gags, conceptos o retórica a los líderes políticos. Es más, son esas personas las que sustentan en muchas ocasiones a esas figuras huecas que aparecen en nuestras pantallas con asiduidad. Estaría bien conocer la autoría de muchos de esos discursos, frases, intervenciones, aunque se deba recurrir a la ley de secretos oficiales. Ahora, según se cuenta en los mentideros políticos, muchos políticos de la mediocridad actual recurren, incluso, a cómicos para echarles una mano con alguna muestra de ingenio en su rotunda insignificancia.

En un trabajo de investigación casual, puedo asegurar que está emparentada la autoría de las canciones de Leticia Sabater, su nueva propuesta para ser la canción del verano, atención, se titulada “Bananakiki”, con los discursos de IDA, la lideresa de la extrema derecha madrileña que deja a ese pobre figurón de zarzuela mala, el penoso Casado, convertido en una muletilla de descarga de improperios, el que le hace el trabajo tonto para su objetivo de llegar a la Moncloa. Lo de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de la cantante y presentadora recauchutada, que entretuvo a generaciones de niños, tienen la misma entidad intelectual, el mismo rigor y la más aguda distancia con cualquier viso de realidad social o política.

La autoría, individual o compartida, está preñada con la misma idea. Todo se puede solucionar con un chequé bebé para que la familia rece unida, pero antes debe haber un «kiki», por lo menos. Y todo en nombre del liberalismo español, un buen concepto para la publicidad de una marca de lubricantes sexuales abulenses. Con mascarilla o sin mascarilla.