Txaro Marquínez Idiáquez, Maita Ramos Sierra, Marixa Díaz de Arkaia Landa
Familiares de usuarios de residencias públicas y privadas de Álava y miembros de Babestu Araba
KOLABORAZIOA

Emilio Sola nos da la razón

Somos muchos los familiares que llevamos diciendo desde hace tiempo que el actual modelo de cuidados no sirve. Previo a la pandemia ya era algo evidente y la pandemia ha sacado a la calle todas las «miserias» que hay detrás de los cuidados.

El pasado día 17, de nuevo el diputado de Política Social de Álava, el señor Sola, presentó un plan. Uno más, pues en los últimos dos meses son varios los que ha presentado a la prensa, que no a los usuarios y familiares. Al nuevo modelo lo llama Gizarea. Bonito nombre si va aparejado a contenidos.

Decimos que nos da la razón, porque dijo que es una plan que «busca una mayor implicación de las familias en los cuidados y una mayor implicación emocional de las y los profesionales». Ha reconocido que esta vieja reivindicación de las familias no es un eslogan, sino un pilar básico si realmente se quiere cambiar algo.

Asimismo nos vuelve a dar la razón en nuestra denuncia de que no se cuenta con las familias, cuando dice en su nota de prensa «que es un proyecto piloto y que quiere que sea una realidad este mismo año». Con esto nos esta diciendo que hasta ahora no se ha contado con nosotras, y no será porque no lo hayamos pedido.

Reiteradamente, somos muchas las familias que desde el inicio de la pandemia venimos denunciando el sufrimiento de nuestros mayores. El señor Sola dice que la pandemia ha «desestabilizado» y «suprimido» las relaciones en las residencias de los usuarios y usuarias con sus familiares. Ya era hora de que el señor Sola lo reconociera. Pero cómo no, la razón que él da es la pandemia, no la gestión de la misma. Esa gestión que redactaba y redacta protocolos que no se cumplen, que a pesar de que se le trasladaba el deterioro de los cuidados porque las plantillas eran insuficientes, decía que las habían reforzado. Que publicaba órdenes forales que eran recomendaciones, o a desarrollar por cada gerencia. Que ha permitido tanto sufrimiento, muy bien relatado por la usuaria que participó en la presentación de la exposición sesgada que usted inauguró, de lo vivido en las residencias: «me encontraba muy sola, sin familia, sin nadie. Me dejaban la comida y ya no volvían hasta la noche». No, señor Sola, la pandemia no justifica todos sus errores, más bien ninguno.

En las presentaciones de sus planes utiliza un lenguaje muy parecido al que utilizamos las familias. Necesidad de cambio de modelo, atención centrada en la persona, participación de usuarios y usuarias, de sus familiares, información del tipo de cuidados. Sí, coincidimos en los enunciados, pero a día de hoy, el desarrollo de los mismos dista mucho de lo que nosotros y nosotras planteamos.

Puede seguir presentando planes, pero si no tienen contenido, si no son participativos, son planes destinados a la continuidad del modelo actual, en definitiva, destinados al fracaso. Al igual que han sido un fracaso todos esos protocolos y órdenes forales que han aguantado muy bien en el papel, pero que solo han supuesto mayor sufrimiento para esos a los que le gusta llamar los más vulnerables y sus familias.