Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «La mujer que escapó»

La filosofía oriental que emana de la mujer

Por más seguidor que soy del filósofo coreano Byung-Chul Han, que pertenece a la misma quinta que el cineasta Hong Sang-soo, detecto en “La muer que escapó” (2020) una sutil crítica hacia el estamento intelectual o cultural que ambos representan dentro y fuera de su país, desde el punto de vista del tipo de mujer actual más joven encarnada por la actriz Kim Min-hee, pareja sentimental del director en la vida real. Me baso en un par de pistas muy sensibles, cuando se escucha decir a la tercera y última interlocutora de la protagonista con respecto al escritor con el que las dos han compartido relaciones sentimentales «escribe demasiados libros», o «habla demasiado y se repite mucho en las entrevistas». Antes de eso, la segunda de las tres interlocutoras lanza una caracajada amplía al referirse a «los hombres coreanos». Y, cuando el personaje de Kim Min-hee, que se llama Gam-hee, acude al cine, no va a ver una obra de un autor coreano consagrado internacionalmente, sino que simplemente se relaja con unas imágenes del mar que le tranquilizan.

Aunque la tal Gam-hee se mueve a sus anchas, lo hace dentro de un mundo en miniatura diseñado a la medida expresiva de Hong Sang-soo, lo que significa que la trascendencia de lo que hace y de lo que dice sucede en el interior de su persona. Por eso su viaje es interno, y nada tiene que ver con la moda occidental del nomadismo, sino que se ajusta más a una filosofía oriental en la que no hace falta dar muchos pasos para recorrer la distancia psicológica o emocional entre el presente y el pasado.

Como consumado maestro del minimalismo artístico y conceptual, Sang-soo sigue apostando por las formas de la repetición, pero aquí no lo hace visualmente, para decantarse por un par de frases clave que Gam-hee repite en los tres episodios: «En cinco años no me he separado de mi pareja... es la primera vez que salgo sola».