Iñaki Zaratiegi
Crítico musical
DONOSTIAKO JAZZALDIA

Entre pianistas andan el juego y la fiesta

La máquina municipal donostiarra funciona engrasada y, si Jazzaldia 2020 sobrevivió con dignidad, esta 56ª edición arrancó plena. Con ambiente cálido y llenos de asistencia de calle y en recintos de pago, la afición ha disfrutado de entrada de la calidad del veterano piano solo de Franco D’Andrea y su joven colega polaco Marcin Masecki (revisión de Thelonius Monk). El octogenario italiano brilló después en grupo con el trompeta Dave Douglas. El bailable José James fue divertido chupinazo en el Kursaal. Y una enorme Cécile McLorin Salvant alzó alto su arte vocal en la Plaza Trinidad.

La cita se asentó ayer, pivotada en el homenaje al magno músico cubano Chucho Valdés que convirtió la plaza de Alde Zaharra en un solar caribeño. La embajada cubana la rubricó en la primera parte el también pianista Gonzalo Rubalcaba, mano a mano con la voz de Aymée Nuviola. Antes hubo fiesta multicolor en el Kursal con la balear Buika.

En el ecuador

El certamen arriba hoy a su centro y será de nuevo el europeo Masecki quien despierte programa en San Telmo, girando la vista a los alegres tiempos del ragtime. La séptima edición del programa JazzEñe rejuntará en el Victoria Eugenia a los tríos de otros dos notables pianistas: Daniel García y Chano Domínguez.

El instrumento a teclas volverá a ser protagonista en la cita vespertina del Kursaal. Las partituras del llorado Chick Corea serán homenajeadas por el dúo del soplador Jorge Pardo y el tocaor Juan José Heredia “Niño Josele”, con el programa “Mi querido Chick” y José Heredia “José de Josele” quien se siente en el taburete como encargado de rememorar al maestro.

El doble encuentro nocturno en la “Trini” aumentará la abigarrada ración de instrumentos de teclado. Primero con Marco Mezquida y su proyecto “Talismán”, con Aleix Tobias (percusión) y Martín Meléndez (chelo). Y cerrando viernes, el “maestro de maestros”, Kenny Barron, con el All Star Quartet del vibrafonista Steve Nelson, Peter Washington al bajo y Jonathan Blake a las baquetas. Una jornada con más teclas que un piano.