El pasado domingo una mujer transexual fue violada en Gasteiz. Ekainak 28 Koordinadora convocó ayer una concentración para denunciar esta agresión y arropar a la víctima. En la movilización se volvió a subrayar que la violencia machista es una grave vulneración de los derechos humanos. Se recalcó, asimismo, que la violencia contra las mujeres y las personas LGTBI+ se produce diariamente en forma de abusos y vejaciones, y es, por tanto, un problema social de primer orden que atenta contra la dignidad y la integridad física y moral de las personas.

En este sentido, la concentración también sirvió para interpelar a la sociedad, puesto que, como señaló Ikusgune, el observatorio LGTBI+ de Gasteiz, en los últimos tres meses se han contabilizado quince agresiones contra personas LGTBI+ y, según manifestó, es la hostilidad contra el colectivo trans lo que más ha aumentado durante este periodo. Consideran que los discursos de odio crean el necesario clima de animadversión que conforma el caldo de cultivo para que se den ese tipo de ataques violentos. Es, por tanto, una responsabilidad social poner freno a la expansión de ese clase de discursos, algo que no resulta sencillo en los tiempos actuales, cuando los algoritmos canalizan y dan visibilidad a muchos de estos mensajes llenos de rencor. Sin embargo, no son solamente las redes sociales, el machismo está permanentemente presente en la vida cotidiana y es necesario denunciarlo y combatirlo sin tregua en todos los ámbitos.

A pesar de los significativos y constantes avances en la lucha contra el machismo y el patriarcado, y a la creciente aceptación de la diversidad como un valor fundamental para la conformación de una sociedad más igualitaria y democrática, la violencia y las agresiones contra las mujeres y contra las personas LGTBI+ no han desaparecido en Euskal Herria y, en algunos casos, además, se han agravado. Terminar con ellas es, sin duda, la asignatura pendiente para conformar una sociedad más libre e igualitaria.