Idoia ERASO
baiona

Pase sanitario para ir al bar, al hospital o coger un avión

En Ipar Euskal Herria es necesario desde ayer el pase sanitario también en hostelería, centros de salud y algunos transportes públicos, como en todo el Estado francés. Y lo seguirá siendo hasta el 15 de noviembre por lo menos. Esta medida está siendo muy criticada y se llevaron a cabo de nuevo protestas en Baiona, Kanbo y Donibane Garazi.

Las nuevas restricciones contra el covid dejan una nueva realidad desde ayer en Ipar Euskal Herria, con la implantación del pase sanitario en nuevos espacios públicos, lo que también tuvo otras consecuencias paralelas, ya que se multiplicaron las colas en las farmacias que realizan test de antígenos sin cita previa.

El pase ya era obligatorio desde el 21 de julio en las salas de cultura y de deporte con más de 50 personas, pero desde ayer no existe límite de aforo. Resulta obligatorio también en toda la hostelería –incluso para consumir en terraza– y en los transportes públicos para trayectos de larga distancia, como aviones, autobuses o trenes internacionales o TGV.

Se requiere presentar el certificado también para entrar en hospitales y en residencias. Y, además, será obligatorio en los centros comerciales de más de 20.000 metros cuadrados de superficie, aunque en Ipar Euskal Herria no hay prohibiciones en ese sentido.

El pase es un certificado con un código QR que muestra que se han recibido las dos dosis de la vacuna, pero también se puede presentar un test positivo de más de 11 días atrás y menos de seis meses, o un test de antígenos o PCR negativos con menos de 72 horas. Se ha incrementado el número de horas de validez de 48 a 72 horas.

La medida llegó con polémica. Estas últimas semanas se han multiplicado las protestas contra su imposición. En el día en el que se extiende su uso, se registraron concentraciones en diferentes lugares de Ipar Euskal Herria. Destacaron las realizadas en Baiona, Kanbo y Donibane Garazi bajo el lema “No al pase sanitario”.

Críticas y cuellos de botella

Los organizadores de la protesta denunciaron que con esta nueva restricción se amplía la gestión policial de la pandemia, y que «el control social y la represión se extienden». Censuran que «con esta medida el Estado tiene la capacidad técnica de saber dónde, cuándo y con quién estamos, gracias a los datos recogidos a través del escáner del código QR».

Además, evidenciaron la carga que se les impone a los empleados de hostelería, de los medios de transporte o de los centros de salud, dado que «estarán obligados a hacer de policías, porque serán ellos los que deberán de controlar el pase».

Las acciones de protesta contra el pase sanitario llevan ocupando las calles de Ipar Euskal Herria las cuatro últimas semanas. Este sábado, miles de personas se reunieron en Baiona, y también hubo una concentración en Hendaia. Además, hubo manifestaciones en todo el Estado que congregaron a miles de personas.

Mientras, las colas para hacerse los test de antígenos, que habían aumentado de forma considerable desde la imposición del pase, tomaron ayer una nueva dimensión. Se hizo especialmente visible en costa de Lapurdi, ya que, al tratarse de una zona turística, su población aumenta de manera notable en esta primera quincena de agosto.

Tanto las pruebas de antígenos como las PCR son gratuitas con la tarjeta de la Seguridad Social, pero en esta nueva situación el acceso a ellas está siendo más dificultoso.

Como dato ilustrativo del cuello de botella que se está generando, ayer por la mañana, en la farmacia ubicada en el centro comercial Leclerc de Urruña había cerca de un centenar de personas esperando para hacerse el test de antígenos, que sirve de alternativa a la vacunación.

En estos momentos, los lugares para realizarse estas pruebas son numerosos, especialmente las de antígenos que se pueden hacer en farmacias, en consultas privadas de profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, fisioterapeutas… Las pasadas semanas algunos profesionales no pudieron hacer tests porque en las farmacias no había suficientes.