Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «D’Ortagnan eta hiru mosketxakurrak»

Fantasías animadas de ayer y hoy presentan:

El mítico lema de la serie Merrie Melodies de Warner sirve perfectamente al propósito actual del estudio Apolo Films, afincado en Nafarroa, por recrear viejos dibujos de la compañía BRB de Claudio Biern Boyd, empezando por “Dartacán y los tres mosqueperros” (1981), y continuando al parecer por “La vuelta al mundo de Willy Fog” (1984), que en su día ya fueron versiones infantiles de los respectivos clásicos literarios de Alexandre Dumas y Jules Verne. No voy a entrar en valoraciones sobre el producto original, porque la memoria suele ser muy engañosa, pero tengo la impresión de que “D’Artacan y los tres mosqueperros” (2021) es una versión muy mejorada. Gana en la pantalla grande y gana también en la puesta al servicio de la conocida historia la aplicación de las nuevas tecnologías en animación 3D, con lo que puede presumir de ser la película del cuarenta aniversario.

La producción resulta brillante en todos los sentidos, con una dirección artística espectacular, en la que sobresalen las escenas de acción fieles al cine de aventuras más genuino y el preciosismo con que han sido diseñados los fondos palaciegos, de fotografía hiperrealista en los detalles de los dorados y cristales que relucen y deslumbran. La banda sonora es igualmente muy lujosa, con grandes arreglos orquestales para las viejas y recordadas canciones de Guido & Maurizio De Angelis.

Pero no todo puede encajar como un guante, y donde se nota el paso de los años es en la moraleja o mensaje para el público familiar, que en el nuevo milenio suena impostado y falso, tanto en cuanto se mantienen unos diálogos que dirimen cuestiones de honor y lances amorosos ya en total desuso. Igualmente queda un tanto trasnochado el elemento humorístico de refuerzo, máxime habiendo situaciones y personajes divertidos de sobra. En ese sentido el parlanchín ratón Pom llega a ser bastante cargante, al contrario del silencioso caballo Rofty.