GARA
Berlín
ELECCIONES EN ALEMANIA

Olaf Scholz gana y va de mano en el pulso para suceder a Angela Merkel

Los socialdemócratas del SPD encabezaban con una ligera ventaja las estimaciones de voto de las elecciones que decidirán el sucesor de Merkel. Histórico trompazo de la CDU-CSU. Verdes y liberales, sin sus mejores resultados, más determinantes de cara a un probable tripartito. Die Linke pasa el listón del 5% y estará en el Bundestag.

Tras la crisis de la pandemia, la participación en las elecciones federales de Alemania fue alta, primera constatación a destacar. En contra de lo que se creía, el fascismo no ganó votos. La AfD bajó y obtuvo unos pobres resultados.

Por lo demás, la de ayer fue una larga noche en Alemania. A la hora de cerrar estas líneas aún era pronto para declarar un ganador, pero todas las estimaciones reconocían una ligera ventaja para el partido socialdemócrata (SPD) de Olof Scholz. Era una diferencia de apenas o algo más de un punto, con un 26% frente al 24,5% de los conservadores de la CDU-CSU de Armit Laschet.

Aunque estos han cosechado el peor resultado de su historia, tienen posibilidades de formar gobierno. Pero dado que la formación de una «gran coalición» SPD-CDU parece improbable, cuando no imposible, la paradoja es que los otros dos partidos, Verdes (en tercer lugar con un 15% de los votos) y liberales del FDP (11%), aun no teniendo sus mejores resultados, se proyectaron como fuerzas más determinantes que nunca. En otras palabras, los partidos más pequeños van a tener grandes cosas que decir. Y todas las apuestas apuntan a una coalición tripartita. Y es que aunque no sea numéricamente descartable la gran coalición; todo apunta a un tripartito, sea de SDP-Verdes-FDP o CDU-Verdes-FDP.

Por su parte, según las últimas estimaciones la candidatura de izquierda socialista Die Linke estaría por encima del 5% necesario para entrar en el Bundestag y, de confirmarse su entrada, lo haría con unos 40 diputados.

Los Verdes ya han mostrado, y reiteraron ayer, su preferencia por una coalición con los socialdemócratas. Parece difícil que los liberales boicoteen otra vez la formación de gobierno. Lo hicieron en el pasado y lo pagaron muy caro. Además han dicho que tienen especial interés en que el gobierno no se escore «muy a la izquierda». Por tanto, en trazo gordo, el titular podría decir que se vislumbra una coalición SPD-Verdes-FDP.

«Catástrofe» para la CDU-CSU

Olaf Scholz, que se sabía ganador pero llamó a la prudencia hasta conocer los resultados finales, habló de un «gran éxito» y se presentó como el «próximo canciller» de Alemania. Habló de haber recibido un «mandato claro», de que los alemanes quieren cambios y de que apostará por un tripartito ante una multitud de seguidores exultante. No es para menos. Los resultados marcan el renacimiento inatendido de una socialdemocracia alemana a la que hace pocos meses se la consideraba como moribunda.

Por parte de los conservadores, el número dos de la CDU-CSU, Paul Ziemak, admitió que los resultados son «muy amargos», recordando que el partido jamás había caído por debajo del suelo del 30%, nunca en toda la historia de la que fue la República Federal de Alemania. La caída de la CDU-CSU es un revés sin precedentes, que va a remover las entrañas del los demócrata-cristianos alemanes y va a complicar aún más la sucesión de Angela Merkel. El diario sensacionalista “Bild” tituló con un llamativo «catástrofe» el resultado inferior al 30%.

Según dijo Laschet ante la multitud, acompañado por Angela Merkel, a pesar de los «decepcionantes» resultados, los conservadores quieren formar también el próximo ejecutivo. Convocó a los demás partidos a forjar una coalición «contra un gobierno de izquierda.

Así las cosas, el socialdemócrata Olof Scholz va por delante, con un corta ventaja y ya se reivindicaba como sucesor de Merkel en la cancillería. Su rival conservador, Armin Laschet, está dispuesto también a dirigir el próximo gobierno. Y el pulso lo ganará quien logre construir una mayoría parlamentaria en forma de tripartito, tras las negociaciones que han comenzado hoy mismo. Y hasta que los diputados del Bundestag no elijan a alguno de los dos, Angela Merkel no podrá coger la jubilación.

Numéricamente hablando hay tres opciones: la gran coalición (SPD-CDU), SPD-Verdes-FDP y CDU-Verdes-FDP. Aunque frecuente en las regiones, a nivel federal Alemania no ha tenido un tripartito desde 1950. Construirlo no va a ser fácil, requerirá de discusiones exploratorias, identificar puntos de acuerdo y discordia, negociar detalles, incluso de negociaciones paralelas entre partidos. Y aunque la tradición diga que el que más escaños tiene también tiene la prioridad, Laschet ya ha dicho que él lo va a intentar.

Distintas derivadas

Otra de las derivadas que han dejado estas elecciones que han marcado el inicio de la «era post-Merkel» es la de una posible guerra de poder en la derecha alemana, la reapertura del debate sobre la idoneidad de Armitt Laschet como líder de la CDU, ocho meses después de su elección. Tras una campaña caótica marcada por los errores e insuficiencias, Laschet, en definitiva el gran perdedor de la noche, deberá mostrar capacidades de persuasión, también dentro de su partido.

Según dijo Laschet ante la multitud, acompañado por Angela Merkel a pesar de los «decepcionantes» resultados, los conservadores quieren formar también el próximo ejecutivo. Está por ver hasta dónde pueden llegar con esa intención de aferrarse al poder. Markus Soeder, el líder de la CSU, el partido hermano de la CDU, defendió una «alianza civil» para rechazar «un gobierno puramente de izquierda». «En mi opinión, sería más como un compromiso con una alianza cívica. El SPD ha cantado victoria con días de antelación», afirmó.

Ahora bien, esta posibilidad de varios gobiernos tripartitos podría abrir una compleja fase política en Alemania, con potencial y riesgo para arrastrar a la primera economía europea hacia un largo periodo de parálisis política y de negociaciones entre partidos que se pueden enrevesar y eternizar. Y, por ejemplo, Alemania presidirá el G7 desde principios de 2022 .

Si las negociaciones para formar gobierno se alargan y empiezan a cruzarse vetos entre partidos, la «era post-Merkel» puede alargarse aún en el tiempo. Si las conversaciones se prolongan durante poco más de tres meses, hasta mediados de diciembre, Merkel se quedaría sin regalo de navidad y se convertiría en la líder más antigua de su país, superando a su mentor y al exlíder de su partido Helmut Kohl, el arquitecto de la reunificación alemana, que se desempeñó como canciller desde el 1 de octubre de 1982.

240.000 viviendas en manos de buitres pendientes de las urnas

En paralelo al escrutinio de las elecciones que marcarán el rumbo de la Alemania postMerkel, Berlín celebró un referéndum para expropiar casi un cuarto de millón de viviendas en alquiler que están en manos de grandes especuladores (solo se plantea expropiar viviendas a entidades que poseen más de 3.000 de estas propiedades).

El referéndum no es vinculante y la propuesta solo es aceptada sin peros por Die Linke. Los Verdes la entienden, pero ponen sus reparos. Y ninguno de los dos grandes (SPD y CDU) la ve con buenos ojos. Por este motivo, a los impulsores de la iniciativa no les bastaba ayer con vencer, sino que los resultados debían ser, además, contundentes tanto en el sentido del mandato como en el nivel de participación.

Una delegación de EH Bildu seguía anoche le evolución de las votaciones desde Berlín, en el centro de recuento oficial de los promotores de la iniciativa. A cierre de esta edición, los resultados eran aún difíciles de interpretar.

«Hasta hace muy poco, Berlín había sido una suerte de isla que no atraía a los especuladores. Esto ha cambiado y se están produciendo fuertes alzas. Primero intentaron poner un tope máximo al precio del metro cuadrado, pero los tribunales tumbaron la ley. No porque no puedan ponerse límites, sino porque Berlín no era competente para fijar los precios. El referéndum es una reacción a que no les hayan dejado limitar los precios por ley», explicaba ayer Joxe Abaurrea, concejal de Urbanismo de Iruñea con Joseba Asiron como alcalde. El edil iruindarra, asimismo, destacaba el papel tan importante que han desempeñado los jóvenes en la campaña.