Jon ORMAZABAL
PELOTA

Zabaleta lo gana todo

Con un Víctor muy práctico, no dieron ninguna opción a Olaizola II-Mariezkurrena en la final de Logroño.

OLAIZOLA-MARIEZKU. 9

VÍCTOR-ZABALETA 22


Vale que el presente es un año atípico, con solo tres torneos estivales por eso de la pandemia, pero José Javier Zabaleta completó ayer en Logroño un ciclo inmaculado que será complicado volvamos a ver en una cancha. El de Etxarren ha ganado todos los campeonatos/torneos por parejas que ha disputado en un 2021 simplemente perfecto (el Parejas con Elezkano, San Fermín con Peio Etxeberria, el Masters con Aimar Olaizola y San Mateo con Víctor) tras imponerse en la final, junto a un Víctor muy práctico, a Olaizola II-Mariezkurena II por 9-22.

Logroño era una de las pocas muescas que le quedaban al zaguero, que ya en setiembre de 2008 –cuando contaba con apenas 17 años en aficionados, dio muestras de su voracidad ganando tres txapelas –Amezketa, Lodosa y Leitza– en apenas 24 horas y que 13 años después ha adquirido un nivel inimaginable por entonces.

Y es que más allá del qué, está el cómo, y el Zabaleta de la actualidad ha desarrollado un halo de imbativiliad que lo hacen parecer indestructible. Y así, el Adarraga, sede en la que disputaba su primera final, asistió a otra exhibición –que se está convirtiendo en costumbre– de un zaguero al que le apuntamos hasta siete tantos atrás con apenas dos fallos.

Números estratosféricos para un zaguero, pero además fue capaz de alcanzar una dejada al txoko y terminar el tanto en el ancho de dejada, de cruzar un gancho del cuatro y hasta de defenderse de zurda con la espalda casi en el rebote las veces que un buen Mariezkurrena le obligó, que las hubo, así como algunos preciosos peloteos del ocho al ocho. Y todo ello con una elegancia y una plasticidad estéticamente sublimes.

Bien acompañado

Y por si todo esto no fuera ya suficiente, contó con la ayuda de un Víctor muy práctico que interiorizó perfectamente su papel y supo leer muy bien el partido, colaborando con su derecha al desgaste de Mariezkurrena y esperar que llegara su oportunidad para pasar al ataque. En este sentido, también merece una mención el papel del de Ezcaray, visiblemente emocionado al término de la final, ya que como el propio Mariezkurrena, hace justo un año estaban fuera del circuito profesional en una decisión que todavía nadie entiende.

Y en esta tesitura, la final mantuvo la igualdad hasta el 7-9, momento en el que Zabaleta lo reventó a base de derechazos, el tanto 14 y el 15 haciendo morir a la pelota en pared izquierda detrás del 8. Y semejante exhibición nubló por completo la última final de un Aimar Olaizola cuyo gancho de zurda parece no tener ninguna intención de jubilarse, pero que se vio completamente anulado por el chaparrón rival.

Tampoco se le pueden poner muchos peros a un Jon Mariezkurrena que aguantó por momentos a Zabaleta, y eso ya es mucho, y que sigue sin poder estrenar un palmarés que seguro sumará títulos. Bueno, si Zabaleta se lo permite.

Reaparición de Egiguren

El festival de ayer en el Adarraga también nos dejó la buena noticia de la reaparición de Julen Egiguren después de tres meses de ausencia por una operación en el dedo índice de su zurda y problemas para endurecer su mano. El azpeitiarra se impuso, junto a Oier Etxebarria, a Larrazabal y Elizegi por 18-16 en el partido que cerró el verano.