Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Un segundo»

Una película con mucho cine dentro

Da gusto comentar una película tan cinéfila como “Un segundo” (2020), pues permite reseñar un sinfín de referencias a otros títulos que ponen a prueba nuestra capacidad de observación y de memoria. La más obvia de todas es, sin duda, la de “Cinema Paradiso” (1988), pero no la más importante a pesar de las apariencias. Del clásico italiano de Giuseppe Tornatore toma la figura esencial del proyeccionista, pero ahí se acaban las comparaciones. El personaje al que en la versión anglosajona llaman Mr. Movie y en la doblada Don Películas se inspira claramente en el Alfredo de Philippe Noiret, aunque el actor chino Fan Wei recuerda más al servilismo de Erich Von Stroheim en los pases privados que proyectaba en “El crepúsculo de los dioses” ( 1950). Pero si a alguna gran obra maestra recuerda esta realización del veterano Zhang Yimou es a “El espíritu de la colmena” (1973), ya que, como Víctor Erice, toma un periodo histórico de posguerra para hablar de la influencia del mito fílmico y sus fantasmas del pasado.

Los homenajes de moviola son muchos, resumibles sobre todo en torno a Charles Chaplin y “El chico” (1921), así como a propósito del neorrealismo de Vittorio De Sica y su “Ladrón de bicicletas” (1948). Yimou nunca ha escondido su gusto por los guiños, y no tuvo problema en declarar abiertamente que “Una mujer, una pistola y una tienda de fideos” (2009) era un remake de la ópera prima de los Coen “Sangre fácil” (1984). Y justo de ahí retoma el paisaje del subgénero “soja-western”, omnipresente en “Un segundo” (2021).

No podía ser de otro modo, porque Yimou es un creador muy reconocible por su autorreferencialidad, y máxime cuando “Un segundo” (2021) se basa en una novela de Geling Yan, escritora a la que ya ha adaptado en “El camino a casa” (1999) o en “Las flores de la guerra” (2011). Historias que hablan siempre de constancia y sacrificio en tiempos difíciles y convulsos.