Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Entre rosas»

Fragancias florales en lugar de vapores etílicos

Se agradece cuando un cineasta te facilita el trabajo, exponiendo con claridad y transparencia sus intenciones, sin guardarse ningún as en la manga. Pierre Pinaud declaró abiertamente de manera ejemplar que para escribir su segundo largometraje “La fine fleur” (2020) se había inspirado en el guion que el escocés Paul Laverty hizo para Ken Loach en “La parte de los ángeles” (2012), película que le marcó y que se estrenó a la vez que su ópera prima “Parlez-moi de vous” (2012). La historia de los jóvenes marginales que logran integrarse gracias a la especialización en la cata de whisky se traslada al campo, a las fincas del cultivo floral, con la contratación de una chica y dos chicos que se acogen a un programa de reinserción laboral. La dueña de Roses Vernet (Catherine Frot) no ha tenido más remedio que recurrir al trío por consejo de su secretaria Véra (Olivia Côte), ya que no disponen de presupuesto para pagar a ayudantes profesionales. Todo vale para ella con tal de vencer a Lamarzelle (Vincent Dedienne), su máximo competidor, incluso si se ve obligada a cruzar las líneas de la legalidad.

Es así tanto en cuanto Eve Vernet representa la desasperación del productor artesanal frente a las grandes corporaciones que rebajan las cotas de calidad a fuerza de tirar los precios. Lo poético y divertido de esta nueva versión de la lucha de David contra Goliat es que se trata de una batalla floral, un escenario en el que se compite por lograr criar la rosa perfecta mediante la hibridación, estableciendo una analogía entre el mundo vegetal y el humano, ya que su nuevo personal es transplantado de ambientes conflictivos al más bello jardín imaginable.

Cómo no va a ser agradable una comedia que inunda la sala de proyección con fragancias maravillosas, que transmiten el secreto vocacional de un oficio romántico que se resiste a desaparecer a pesar de la pertinaz crisis a la que se viene enfrentando en las últimas décadas.