Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

El Cade desmonta los argumentos para reflotar el proyecto de LGV

El 6 de noviembre se presentará a los alcaldes de Ipar Euskal Herria el proyecto financiero para una nueva línea de alta velocidad; una reunión que llega tras la fría acogida a ese proyecto en la reunión del consejo departamental. La coordinadora Cade cuestiona de plano «una obra costosa sobre la que no se da información veraz a la ciudadanía».

Representantes del Colectivo de Asociaciones de Defensa del Medioambiente (Cade) comparecieron, ayer en Baiona, para advertir sobre «la operación de engaño y manipulación a la que se pretende someter a la sociedad vasca» en relación al intento institucional de retomar el proyecto de nueva línea de alta velocidad Burdeos-Toulouse.

Ello, según hicieron patente, utilizando como señuelo «una virtual prolongación del trazado hasta Dax, y desde allí a Baiona-Hendaia», que hoy por hoy no estaría avalada por los pertinentes informes, «pero que se evoca para dar a entender que se contará con fondos europeos», expresaron los portavoces de la coordinadora que reúne a los organismos que lideraron la protesta social que precedió al abandono temporal de un proyecto que ahora ha vuelto a la palestra de la mano del primer ministro francés, Jean Castex, y del presidente de la Región de Nueva Aquitania, Alain Rousset.

El Consejo Regional deberá pronunciarse en diciembre sobre la viabilidad de un proyecto al que ya han mostrado sus reticencias diversas instituciones a las que el Estado pide que participen financieramente a cambio de bastantes pocas concreciones, tal como se escuchó denunciar, el 22 de octubre, a electos de diversas ideologías, en el Consejo Departamental de Pau.

El 6 de noviembre tendrá lugar en la Cité des Arts de Baiona un «biltzar» al que están invitados los 158 alcaldes representados en la Mancomunidad Vasca.

El Cade, que arrancará una semana después, concretamente el 12 de noviembre en Mugerre, una serie de reuniones públicas para retomar la campaña de sensibilización ciudadana que ya permitiera congelar el proyecto precedente, se concentrará, a las 9.00, a las puertas de esa reunión en la que el Estado estará presente vía Prefectura y se espera también la presencia del propio presidente de la Región de Nueva Aquitania.

En la antesala de ese encuentro, los miembros de Cade se encargaban ayer de exponer, ayer, los argumentos con los que desmienten las razones esgrimidas por los impulsores del proyecto.

«Se habla de un costo de 4 millardos para un enlace hasta Dax que no está asegurado», advertía la coordinadora por boca de sus portavoces Pierre Recarte y Victor Pachon, que hicieron constar que «los valedores del proyecto se cuidan muy mucho de no mencionar que en el conjunto del trazado el kilómetro sale a 39,94 millones de euros». Además, en las informaciones oficiales se entrelazan las alusiones al doble vial Burdeos-Toulouse y Burdeos-Dax, «ello para maquillar –según el Cade– la previsión de rentabilidad igual a cero que se atribuye a esa eventual prolongación hasta Dax».

Respondiendo a los argumentos que se exponen habitualmente para respaldar la utilidad pública atribuida a ese proyecto, la asociación desmentía que haya una ganancia de tiempo que justifique la construcción de la nueva infraestructura. Entre una mejora de la actual línea y un nuevo trazado la ganancia de tiempo sería de «apenas 5 minutos» entre Burdeos y Baiona.

Según datos de la SNCF, en 2018 circulaban 99 trenes diarios en una línea con capacidad para 264, «lo que nos sitúa muy lejos de la saturación», advertían, al tiempo, los portavoces del Cade. Ni los datos del transporte de mercancías, a la baja pese a la construcción de 2.700 kilómetros de alta velocidad en el Hexágono en las últimas décadas, ni los baremos de emisiones de carbono o los informes sobre rentabilidad económica avalarían un proyecto con «enorme impacto medioambiental».

Materializar la nueva LGV exigiría, de partida, «recuperar» 15 hectáreas de terreno por kilómetro, o lo que es lo mismo adquirir o expropiar unas 6.300 hectáreas de terreno, de las cuales 1.500 corresponderían a tierras de uso agrícola, 3.300 a zonas boscosas, 370 a humedales y 90 a cursos de agua.