El Parlamento de Portugal rechazó ayer el presupuesto para 2022 presentado por el Gobierno del socialista António Costa, que está en minoría en la Cámara, y abrió la puerta a las elecciones anticipadas. Las cuentas solo recibieron el respaldo de los diputados del Partido Socialista y cinco abstenciones, mientras que, como habían anunciado, toda la derecha y los antiguos socios del Ejecutivo, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, votaron en contra.

Con el rechazo del presupuesto, por primera vez en la historia democrática de Portugal, los pasos a seguir dependen ahora del presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que ya había avisado de que si las cuentas no prosperaban disolvería el Parlamento y convocaría elecciones anticipadas.

En su discurso previo a la votación, Costa ya asumió este adelanto electoral y pidió una mayoría «reforzada, estable y duradera en una próxima sesión legislativa».

El primer ministro aseguró que el voto en contra de la izquierda es para él una «derrota personal».

La falta de entendimiento entre la izquierda, –sobre todo desde que en su segundo mandato, en 2019, Costa optó por gobernar en minoría, sin buscar un acuerdo global con el Bloco y los comunistas–, ha sido determinante para esta crisis a mitad de legislatura.

Sin embargo, no está claro a quién beneficiará el adelanto electoral, ya que los comicios llegan cuando el Partido Socialista acaba de sufrir un duro golpe con la pérdida del Ayuntamiento de Lisboa, las formaciones de izquierda han caído en los comicios municipales y la derecha se presenta dividida con una crisis interna sin resolver.