Pello Guerra
IRUÑEA
Elkarrizketa
ANA VIZCAÍNO
REPRESENTANTE DE ASOCIACIÓN ATLAS Y SOMOS RED

«Cada día hay llegadas de personas migradas a Canarias y cada día hay muertes»

Las islas Canarias son una ansiada etapa en la ruta que realizan personas migradas para alcanzar su objetivo: Europa. Esa circunstancia hace que «cada día haya llegadas y cada día haya muertes», según señala Ana Vizcaíno, representante de Asociación Atlas y Somos Red.

Ana Vizcaíno estuvo recientemente en el Parlamento navarro en una sesión de trabajo para informar sobre la situación de las personas migradas que llegan a Canarias y de las consecuencias de las políticas migratorias en espacios fronterizos como Nafarroa.

La representante de Asociación Atlas y Somos Red, que operan en ese archipiélago, dibuja un panorama muy sombrío, con miles de personas dejándose la vida en su trayecto entre el continente africano y las islas, y migrantes hacinados en condiciones infrahumanas, hasta el punto de hablar de «recogida» en lugar de acogida.

¿Tiene datos de la situación del fenómeno migratorio en las islas Canarias?

Datos reales no, porque no nos los facilitan, no disponemos de cifras, aunque sabemos que en los centros de Gran Canaria el índice de ocupación se encuentra en el 35% y que en Tenerife es parecido. Hay plazas en los centros de acogida, pero como se han registrado más llegadas que el año pasado, entendemos que muchas personas han sido trasladadas a la Península, a otros recursos, antes que en 2020.

¿En el resto de las islas la situación es la misma?

Ahora están llegando muchas pateras a Fuerteventura y Lanzarote. En Fuerteventura la situación es extrema y no dan abasto; hace un mes o dos estaban con la gente durmiendo al raso en el muelle, sin ninguna carpa o centro de acogida temporal. En Lanzarote ahora mismo está lo que se conoce como “la nave de la vergüenza”, donde se hacinan mujeres y niños en una nave inhóspita. Y en El Hierro se quería habilitar como lugar de acogida un polideportivo sin techo. Son unas condiciones infrahumanas, hasta el punto de que más que de acogida, se trata de una recogida. La previsión era que las llegadas se incrementaran hacia setiembre u octubre, porque es cuando el mar suele estar en mejores condiciones, pero se han adelantado y en agosto ya estaban llegando muchos cayucos y pateras.

Estas son las personas que han conseguido llegar con vida a las islas, pero no faltan las que se quedan por el camino. ¿De cuántos fallecidos estaríamos hablando?

Nosotros contamos a las personas desaparecidas como fallecidas, porque no van a aparecer, y la cifra sería de 2.000 personas muertas en el primer semestre de 2021. Oficialmente se dice que son 800 personas fallecidas. Cada día hay llegadas de personas migradas y cada día hay muertes. Por ejemplo, esta semana, en 48 horas, murieron diez personas.

¿Cuál es el perfil de la persona migrada que llega a Canarias?

Ahora hay muchas más mujeres y niños, además de menores no acompañados procedentes de Marruecos. Lo que más nos ha sorprendido es el aumento de mujeres, que proceden principalmente del África subsahariana.

¿A qué se debería ese incremento?

La teoría que se baraja es que para las mujeres y los niños puede haber más recursos, que tienen más posibilidades. Pero también puede ser que tenga que ver con el tema de la trata, que la mujer sea víctima de la trata y que las mafias estén aumentando su actividad.

¿Qué se encuentran esas personas una vez en Canarias?

El protocolo establece que se les lleve al centro de emergencia para pasar un tiempo ahí o derivarles a otros centros de la Península. Pero en los centros de emergencia las condiciones no son mucho mejores porque, por ejemplo, no hay suficiente atención y no se les da información sobre sus derechos de solicitud de asilo. Hay trabajadores humanitarios que no son profesionales y hay una abogada para atender a decenas de personas. Además, se están poniendo muchos requisitos para el acceso a las solicitudes de asilo. Incluso, a veces, la Policía les hace chantaje, como que los chicos confiesen quién es el patrón de la embarcación asegurándoles que les ayudarán a regularizar su situación, cuando no es así.

¿Se llegan a producir devoluciones en caliente en Canarias como ha ocurrido en lugares como Ceuta o Melilla?

No tenemos datos, aunque alguna vez ha ocurrido. Lo que sí se han producido son expulsiones. Hace meses hubo una época de más persecución policial, con expulsiones y deportaciones a partir de identificaciones raciales.

Existe una conexión entre Canarias y Euskal Herria a causa de la migración. Según datos del Gobierno de Lakua, el 94% de los migrantes llegados a Irun en los últimos tres años procedían de la ruta de las Canarias. ¿Cómo terminan llegando esas personas migradas a suelo vasco?

Suelen ser personas que desde Canarias han sido derivadas a otros recursos y posteriormente, por sus propios medios, terminan llegando hasta la frontera. Otros no llegan a ser derivados pero deciden por su cuenta dar ese paso de llegar a otros territorios. Después les cuesta cruzar la frontera, porque hay controles policiales, por los que asumen más riesgos y algunos terminan muriendo en el intento.

¿Cómo se puede abordar el fenómeno de la migración para evitar que se llegue a situaciones tan extremas en las que tantas personas se juegan la vida e incluso terminan perdiéndola?

Desde luego regularizando su situación, que no haga falta estar tres años en un lugar para tener arraigo, que sea en el momento de llegada. Y lo más seguro es recurrir a visados, porque migrar es un derecho y no tienes que jugarte la vida para moverte. Lo que ocurre es que un derecho ha terminado convirtiéndose en un delito. Si no tienen una forma legal de hacer las cosas, lo harán de manera ilegal, porque este fenómeno no se puede parar.