Pello GUERRA
IRUÑEA

Asiron compara la Iruñea de ayer y hoy en imágenes

Siete años después de que viera la luz el primer tomo, Joseba Asiron publica con la editorial Txalaparta “Adiós, Pamplona 2”, un libro en el que el historiador sigue mostrando, a través de la imagen, la evolución que ha experimentado Iruñea en los últimos 150 años. Son más de 200 fotografías que ofrecen el contraste entre la ciudad de ayer y hoy, y en las que cobran un especial protagonismo barrios de la capital navarra como Arrotxapea, Sanduzelai o Donibane.

A lo largo de 216 páginas, Asiron hace un repaso de la historia reciente de Iruñea comparando fotografías antiguas y actuales sobre determinados lugares de la capital navarra.

Entre las imágenes en blanco y negro se encuentran 17 realizadas durante el siglo XIX y que figuran entre las más antiguas que se conservan de Iruñea. Tres fueron tomadas durante el bloqueo de la ciudad en la Segunda Guerra Carlista.

También aparecen recogidos elementos de la ciudad ya desaparecidos, como el pasadizo de Descalzos, la plaza de toros vieja o el convento de la Merced. Y acontecimientos singulares como las manifestaciones de la Gamazada, las exequias del músico Hilarión Eslava y la construcción de los monumentos a los Fueros o a los Caídos.

En sus páginas, además, se muestran momentos y personajes que definían a la Iruñea de antaño, como las paradas militares, la cosecha en el actual barrio de Iturrama o en la Vuelta del Castillo, los cordeleros en la ronda Barbazana o la irreverente procesión de Casa Barón.

Por supuesto, tampoco faltan las referencias sanfermineras, como la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, las barracas, los globos aerostáticos o los túneles luminosos.

En este volumen cobran un especial protagonismo los barrios a través de fotografías como la tomada en Etxabakoitz en 1876, a la que acompañan paisajes, calles y rincones de Arrotxapea, Sanduzelai, Arrosadia, Donibane o Iturrama.

Las fotografías van acompañadas de un texto de corte explicativo, en el caso de la imagen antigua, para dar cuenta de lo que aparece en ella. Y en la moderna, Asiron hace una crítica positiva o negativa sobre lo que ha ocurrido con ese lugar en los últimos años.

Doble tarea

Un trabajo de recopilación y difusión con el que Joseba Asiron pretende rendir «un homenaje ansiado y pacientemente esperado a la ciudad en que nací, de la que me siento parte y a la que quiero profundamente».

Para ello, se ha embarcado en una doble tarea. Por un lado, bucear en el rico patrimonio fotográfico que atesora el Archivo Municipal de Iruñea y, por otro, localizar el espacio plasmado en la imagen para recoger el mismo lugar en la actualidad, en una misión que en ocasiones ha tenido tintes casi detectivescos, ya que resulta prácticamente irreconocible.

Sobre las imágenes originales, Asiron señala que sus autores son «los verdaderos artífices de esta obra». En este sentido, destaca que «afortunadamente, Iruñea ha contado con pioneros de la fotografía buenísimos, como Julio Cía, José Galle, Vicente Istúriz o Mauro Ibáñez, que desde fecha muy temprana empezaron a retratar la ciudad».

Una circunstancia a la que el historiador suma «el inmenso privilegio de tener un cronista de la ciudad como fue José Joaquín Arazuri, que recopiló muchas fotografías en un fondo que posteriormente cedió, perfectamente documentadas y explicadas, al Archivo Municipal de Pamplona, donde tenemos un tesoro que, desde luego, no todas las ciudades tienen, ni muchísimo menos».

Una vez seleccionadas las mejores fotografías, llegaba la segunda parte, la de intentar reproducir en la actualidad el mismo emplazamiento. Una tarea que no siempre ha resultado sencilla, ya que en algunas ocasiones «el lugar es absolutamente irreconocible y para saber que estás en el mismo sitio hay que hacer casi una profesión de fe». En cambio, en otros espacios «han pasado 70, 80, incluso 100 años y el paisaje urbano prácticamente no ha cambiado nada».

Asiron califica ambos casos de «interesantísimos, aunque me alegro mucho cuando la ciudad permanece reconocible».