GARA
TEGUCIGALPA

La victoria de Castro en Honduras revierte el golpe contra Zelaya

La amplia ventaja de Xiomara Castro en el recuento de votos en Honduras hacía irreversible su victoria, que la convertirá en la primera presidenta del país y revierte 12 años de gobiernos herederos del golpe de Estado que derrocó a su marido, Manuel Zelaya. Castro gobernará un país marcado por la violencia, el narcotráfico y la pobreza.

Xiomara Castro se va a convertir en la primera mujer presidenta de Honduras al consolidar ya en los resultados parciales una gran ventaja sobre el candidato del partido gobernante. El avance de Castro era ya irreversible con algo más de la mitad de los votos contados, según el expresidente del Tribunal Nacional Electoral (TNE), Augusto Aguilar

Con el 51,45% del escrutinio, Castro ya se distanciaba mucho de sus oponentes al contar con el 53,61% de los votos frente a Nasry Asfura, del Partido Nacional (PN, derecha), delfín del presidente saliente, Juan Orlando Hernández, que obtenía el 33,87% de los votos.

Estos resultados se referían a todo el país, no solo a una región o un nicho electoral, por lo que se descartaba un vuelco al finalizar el recuento. Según el expresidente del TNE, la brecha entre los dos candidatos «no tiene precedentes en la historia electoral de Honduras».

De hecho, el candidato del Partido Liberal, Yani Rosenthal, reconoció el triunfo de Castro.

Ya en la noche del domingo, Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, derrocado en 2009 por un golpe de Estado, reclamó la victoria. «¡Ganamos!», proclamó frente a sus simpatizantes reunidos en la sede de su partido, Libre.

Castro prometió formar un Gobierno de reconciliación y establecer una democracia participativa. «Me acerco a mis oponentes, porque no tengo enemigos», afirmó, prometiendo apartar «el odio, la corrupción, el narcotráfico, el crimen organizado».

En este país de 10 millones de habitantes, plagado por la violencia de los narcotraficantes que han extendido la corrupción al más alto nivel del Estado, la participación alcanzó un nivel histórico superior al 60%, según el Consejo Nacional Electoral. El candidato del Partido Nacional y alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, se comprometió a respetar el resultado de la votación.

Honduras ha sido gobernada durante más de diez años por el Partido Nacional, bajo el Gobierno de Juan Orlando Hernández, sospechoso de estar involucrado en el narcotráfico, incluso por Estados Unidos, y heredero del poder del golpe de Estado que derrocó a Zelaya.

Campaña de la derecha

El triunfo de Castro había puesto muy nerviosa a la derecha del país y el PN había endurecido el tono de su campaña, calificando a la líder de Libre de «comunista» y vilipendiando sus propuestas para legalizar el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Existía el temor de que la derecha de nuevo maniobrara o no reconociera la victoria de Castro, pero la amplia ventaja alejaba esta posibilidad.

En 2013, Hernández venció a Xiomara Castro por una pequeña diferencia. Después, anuló la Constitución para postularse para un segundo mandato en 2017. Su dudosa reelección frente a la estrella de la televisión Salvador Nasralla provocó fuertes protestas y una represión policial que dejó una treintena de muertos.

Si se confirma su victoria, Castro tendrá que gobernar un país marcado por la violencia, el narcotráfico y dos devastadores huracanes en 2020, con el 59% de la población viviendo en la pobreza. Cada año, decenas de miles de hondureños huyen de la violencia y la miseria, la abrumadora mayoría a EEUU.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, el venezolano, Nicolás Maduro, y el nicaragüense, Daniel Ortega adelantaron su felicitación a Castro.