Cuatro personas, dos adultos y dos menores –un bebé y un niño de 3 años–, murieron ayer en un incendio mientras dormían en una sucursal bancaria abandonada en la que vivían el centro de Barcelona. Otras cuatro resultaron heridas por inhalación de humo.

El suceso ocurrió en la céntrica plaza Tetuán. Cuando los bomberos llegaron al lugar tras recibir una alerta por humo y llamas en el edificio se encontraron con cuatro personas confinadas en un patio en la planta del sótano que pedían auxilio, con el incendio ya muy avanzado.

Los fallecidos, una familia formada por un hombre paquistaní y una mujer rumana y sus dos hijos, vivían hacía dos años en condiciones de absoluta precariedad.

La pareja llevaba más de una década residiendo en el Estado español, pero sin conseguir permiso de residencia ni trabajo, por lo que tenían que ganarse la vida recogiendo chatarra o, en ocasiones, mendigando en la misma puerta del local ocupado, que, según el Ayuntamiento, mantenían en las mejores condiciones de habitabilidad posibles.

Tanto los Mossos d'Esquadra como los Bomberos están estudiando las causas del incendio.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, confirmó que los servicios sociales habían contactado con ellos. «No era un perfil de familia que se dirigiera a pedir ayudas a la Administración, es la Administración la que va a buscar a la familia, alertada por vecinos», explicó.

Se trata del quinto incendio con víctimas mortales que ha ocurrido este año en Barcelona, donde unas 700 personas viven en espacios que no tienen condiciones de habitabilidad, según la Fundación Arrels.