En medio del caos general hay personas que permanecen lúcidas, seguramente porque la capacidad crítica es lo último que se pierde, eso y el humor, que es lo que nos mantendrá con vida hasta el final. Así lo entiende Adam McKay, uno de los comediógrafos que mejor ha sabido diseccionar a la sociedad estadounidense en títulos recientes como “La gran apuesta” (2015), sobre la burbuja inmobiliaria, o “El vicio del poder” (2018), un implacable retrato del megalómano Dick Chaney. En la actualidad prepara, y es que no se le escapa una, un biopic sobre Elizabeth Holmes, la fundadora de la fraudulenta empresa tecnológica Theranos, que será interpretada por Jennifer Lawrence. Pero en su trayectoria fílmica tan o más importantes son sus comienzos, cuando hacía comedias idiotas con su socio Will Ferrell, y que a la larga le han servido para saber caricaturizar la estupidez humana.

Da gusto comentar una película como “No mires arriba” (2021), por lo fácil que es resumir este exitoso estreno de Netflix, ya que se limita a sentenciar lo que todo el mundo intuye pero casi nadie se atreve a verbalizar: la humanidad se está autodestruyendo de forma sistemática e inevitable. Cada vez tengo más claro que el planeta sobrevivirá, que la selva y la fauna se comerán la civilización, tal como ha ocurrido en Chernobil. Cuando el homo sapiens desaparece, todo vuelve a florecer. Somos tan incapaces que ya no distinguimos un bulo de Internet de una noticia real, por eso a nadie le llama la atención la noticia cierta y documentada de la posibilidad de que un cuerpo celeste pueda impactar contra la tierra.

Todo el reparto está genial, ya que son como muñegotes televisivos que ridiculizan la actualidad y a los que han puesto rostros célebres. Pero se lleva la palma Meryl Streep, que goza de la oportunidad para vengarse de los ataques a su persona por parte de Trump, convirtiéndose en su cruel versión femenina.