Natxo MATXIN
ATHLETIC

La intensidad local se impone en una eliminatoria de kilates

El gran despliegue físico de la escuadra vizcaina inclinó la balanza del lado rojiblanco, con Muniain y los Williams como protagonistas.

ATHLETIC 3

BARCELONA 2


El Athletic vengó en San Mamés la última final copera y doblegó al actual campeón con un despliegue físico encomiable en un partido de los que se guardan para la hemeroteca. La escuadra rojiblanca ahogó durante muchas fases a un Barcelona que tiró de calidad para mantenerse en la eliminatoria, pero al que acabó superando por empuje y ocasiones generadas.

Los leones comenzaron mordiendo a su presa hasta conseguir hacerle sangrar con mucha premura, para el segundo minuto de juego. Un toque de calidad de Muniain puso por delante a los anfitriones, finalizando una jugada iniciada por el costado derecho, en el que se fue en velocidad Nico Williams de Jordi Alba.

Nada mejor que obtener frutos con tanta rapidez como para insistir en el plan previsto. Los de Marcelino no se echaron para atrás después de ponerse por delante en el electrónico, sino que siguieron presionando muy arriba, ahogando la salida de la pelota de un Barcelona muy previsible.

Sin embargo, el mejor hacer local se topó con la eficacia del rival. Prácticamente en la segunda llegada al área rojiblanca, los pupilos de Xavi firmaron el empate. Fue también un gol exquisito, obra de un Ferrán Torres que la puso en la escuadra y que serenó a los azulgranas.

Le costó unos cuantos minutos al Athletic encajar la bofetada, mientras su adversario tocaba con mayor fluidez. Se recuperaron, sin embargo, los anfitriones tras ese pequeño lapsus. La presión volvió a dar sus resultados y las ocasiones locales se sucedieron en cascada. Solo la falta de puntería impidió que la escuadra vasca se marchase con ventaja al receso.

Un testarazo de Muniain que salió a pocos centímetros del larguero en el 28, un disparo cruzado de Nico Williams que se encontró con el pie de Araujo y la manopla de Ter Stegen en el 32, un remate claro de Sancet que se topó con el cuerpo de Piqué en el 44 y dos cabezazos consecutivos de Raúl García –el primero sacado milagrosamente bajo palos por el meta alemán– conformaron el listado de claras ocasiones rojiblancas.

Prórroga decisiva

No varió mucho el panorama tras el descanso, con un Athletic quizás menos presionante, pero tan rápido tras robo como en la primera parte. Los Williams –Iñaki en lugar del de Mendillorri– se encargaron de llevar el peligro, primero rematando Nico al primer palo y después su hermano empalando un servicio fraternal que se marchó por encima del travesaño.

Sí lo golpeó en el 85 en un centro chut que ya había superado a Ter Stegen, preámbulo del 2-1 anotado con toda la fe del mundo por Iñigo Martínez. Parecía que el físico iba a acabar imponiéndose en la eliminatoria, pero el Barcelona buscó a la desesperada el empate y lo consiguió por mediación de Pedri en el 93.

La eliminatoria iba camino de la épica, cada equipo con su estilo bien definido. Parecía que el duelo podía decidirse a los penaltis y fue precisamente desde los once metros, pero antes de lo esperado. El brazo desplegado de Jordi Alba provocó una pena máxima que necesitó de la intervención del VAR y que materializó Muniain, el gran protagonista del pase.